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El 25 % de la clemenules se queda sin recoger y obliga a pagar para tirarla

Los daños y las mayores exigencias de calibre dejan miles de clementinas en los árboles

El 25 % de la clemenules se queda sin recoger y obliga a pagar para tirarla

El balance de la campaña de clementinas en El Camp de Morvedre ha confirmado unos resultados desastrosos. Un 25 % de la variedad predominante „la clemenules„ se ha quedado en el árbol sin recoger, según las estimaciones de la asociación de agricultores de AVA- Ascosa, ya sea por daños ocasionados por el pedrisco, el calor o el «pixat» o bien por no tener el tamaño requerido en los comercios. Por ello, muchos propietarios se están viendo obligados a pagar jornales para tirar la fruta y permitir así que el árbol vuelva a producir. «Es dramático, pero es así», decían desde AVA, reconociendo que la situación no es nueva pero que sus dimensiones son mayores que otros años.

La realidad ha superado al final los malos augurios que hizo vaticinar primero el granizo en una amplia zona de Sagunt y luego una batería de problemas: Desde el poniente que deshidrató la fruta a la lluvia que desencadenó el «pixat» y deterioró su piel; todo ello, pasando por el veto a Rusia que redujo cuota de mercado y las cada vez mayores exigencias de calibre por parte de los comercios.

En este análisis coincidían en declaraciones a Levante-EMV el presidente de AVA-Ascosa en Sagunt, Francisco Campillo, y el responsable de la Comunidad de Regantes local, José Peris.

La gran cantidad de fruta que se ha quedado en el árbol por no lograr el tamaño reclamado es difícil de cuantificar, según apuntaban, pero Campillo aseguraba que las exigencias en este sentido aumentan cada año. «El calibre mínimo está en 35 milímetros en Europa, pero ahora sólo te cogen a partir de 50 y los que se portan bien porque lo habitual es exigir 52 milímetros. Algunos comercios hasta castigan a las cuadrillas si cogen fruta más pequeña», apuntaba.

Este problema en ningún caso es nuevo, pero los agricultores muestran su temor al ver con preocupación que se está agudizando sin que se vea el fin. «Al principio exigían 40, luego, 42, 45, pero ahora ya pasa de 50!», decía el responsable de AVA.

Esto, de hecho, ya ha disparado las imágenes de campos llenos de clemenules que parecen pendientes de recolección, pero donde ya han ido los «collidors» y solo se han llevado las naranjas más grandes. «Tampoco rebuscan. Así que hay propietarios que primero van al huerto, tiran las naranjas pequeñas y luego venden la cosecha porque como no lo hagan así, no hacen nada», apuntaba el presidente de AVA.

Aunque la fabricación de zumos es una salida para todo este tipo de mandarinas que no logra venderse en el mercado, la amplia oferta existente este año tampoco abre muchos huecos y los precios son muy inferiores a los del ejercicio anterior. «En 2014 se llegó a los 9 céntimos, pero ahora la pagan a 3 y 4, aunque es que tienen demasiada», explicaba Campillo.

Ante este panorama, las expectativas se centran en la campaña de naranja. La reducción de la producción de Andalucía en un 40 % y la merma que se espera aquí entre un 20 y un 30 % hacen descartar problemas de saturación de mercado y bajos precios por ello.

Así, aunque desde AVA «no se quieren lanzar las campañas a vuelo», su consejo a los propietarios es «no tener prisa en vender». Ahora, se reconocía que las cifras que en estos momentos se ven como aceptables son idénticas a las de hace 25 años, cuando los costes de producción sí son muy distintos.

El presidente de la Comunidad de Regantes también reconocía que, «tras el desastre en la clemenules, se espera por comparación que la naranja no pueda ir tan mal», pero apuntaba que «los precios de la navel y la navelina no están, por ahora, para tirar cohetes». Además, admitía que el fuerte de la comarca es la clemenules «y este año hay que reconocer que ha sido muy malo».

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