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Los animalistas vuelven a pedir la suspensión del acto

Anpba insiste en la utilización de patos de goma canjeables por regalos y advierte que no cejará en su batalla judicial

La suelta de patos vivos en el día grande de las fiestas patronales del Port de Sagunt lleva décadas desarrollándose en la dársena pesquera, aunque fue hace 10 años cuando se judicializó a través de la denuncia de la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) por considerar que las aves sufrían maltrato.

A partir de ese contencioso, el colectivo animalista ha acumulado victoria tras victoria en los tribunales que han llevado a anular las autorizaciones, que concedía la Generalitat, y eliminar el acto del programa de fiestas, después de sendas multas de 45.000 euros en los años 2006 y 2007, al celebrarse la suelta sin el permiso autonómico.

Incluso el Síndic de Greuges y el Defensor del Pueblo llegaron a interesarse por esta celebración a instancias de Anpba, mientras la Justicia volvió a tumbar los argumentos municipales cuando recurrió la denegación de las autorizaciones. El Ayuntamiento de Sagunt encontró una salida a la encrucijada planteada entre las sucesivas sentencias y la presión de la federación de peñas cuando en 2010 se aprobó la nueva ley de espectáculos públicos y actividades recreativas, que dejaba en manos de los consistorios la concesión de las autorizaciones.

Cambios sin resultados jurídicos

Entonces, el ayuntamiento impuso unas reglas a la suelta de patos vivos acompañadas de medidas para evitar tanto el maltrato como el tratamiento antinatural de los animales, que no evitaron nuevas denuncias de Anpba, ganada en primera instancia por lo que se refiere al acto de 2012, que está pendiente todavía de la apelación, y una multa de 30.000 euros por parte de la Conselleria de Gobernación, que posteriormente fue anulada al atenderse las alegaciones municipales. Esta última rectificación también está pendiente de resolverse en los tribunales.

Con estos antecedentes y como ya se ha convertido en costumbre durante los últimos años, la asociación animalista remitió hace unas semanas al ayuntamiento un escrito formal en el que solicita que no se autorice la suelta, reclamando que los patos sean de goma y se canjeen por regalos, una fórmula que ya se utilizó hace algún verano en el Port y que, según Anpba, «se hace ya en muchos municipios, tanto de la península como de Baleares, que antes utilizaban patos de carne y hueso y han reciclado el espectáculo».

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