El Ayuntamiento de Sagunt está a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente convoque una reunión en Madrid con el objetivo de mostrar su rechazo al proyecto de instalar un espigón en Almenara que agravaría el problema de arena que sufren las playas de Almardà, Corinto y la Malvarrosa.
Esa fue la principal conclusión de la moción presentada por PP y C's, que contó con el apoyo unánime del pleno y pintó un panorama desolador para las playas del norte de Sagunt. Blanca Peris fue la primera en tomar la palabra para apuntar que «en 4,2 de nuestros 5,4 kilómetros de playas es imposible bañarse o pasear, por el estado de degradación con la acumulación de piedras que hace imposible no caerse».
La concejala de Ciudadanos añadió que, unido a los actuales problemas de erosión y falta de abrigo, un espigón en Almenara «tendría consecuencias fatales, porque obligaría al aporte de áridos para recuperar las playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa, medida insostenible desde los puntos de vista económico y ecológico».
Por su parte, el portavoz popular, Sergio Muniesa, hizo un repaso de las propuestas de la Demarcación de Costas desde la idea de trasladar a Borriana cerca de 400.000 m3 de arena de la playa del Port. «Se han hecho cosas —como una actuación en las Casas de Queralt, según destacó— pero no se acaba de definir un proyecto que aporte soluciones definitivas a las playas del norte del municipio y eso es lo que debemos pedir al ministerio».
Por su parte, el responsable de Playas, José Vicente Muñoz, negó que exista erosión o que la Gola de Quartell ejerciera de abrigo al litoral saguntino, al tiempo que culpó al anterior gobierno municipal de no hacer nada para frenar el deterioro de las playas.
El alcalde, Quico Fernández, cerró el debate con la acusación al PP de ocultar el proyecto para construir un espigón en Almenara, algo que, sin el uso de la palabra pero con gestos ostensibles, Muniesa y el también popular Francisco Villar, negaron, pese a que el nacionalista insistió en que él no había sido informado.
