La Ley de Sostenibilidad, un informe de la Intervención municipal y la priorización de gastos culturales, educativos y sociales son los motivos esgrimidos por el tripartito de Sagunt para dejar de subvencionar la sede que la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) mantiene desde hace más de una década en el instituto Camp de Morvedre.
Para este curso, 110 alumnos ya habían formalizado la matriculación, por los 284 que se alcanzaron el pasado para los grados superiores en psicología, educación social, derecho, administración y dirección de empresas, así como el acceso a la universidad para mayores de 25 y 45 años. Sin embargo, la decisión adoptada en junta de gobierno y comunicada esta semana ha llevado a la UNED a suspender la actividad académica y administrativa en Sagunt y a trasladar a estos estudiantes a Valencia.
«No podemos mantener la ayuda „consistente en 80.000 euros anuales y el sueldo de una administrativa„ durante más tiempo. Lo lamentamos, porque no es el tipo de decisiones que nos gusta, pero estamos obligados», aseguró ayer el alcalde, Quico Fernández, quien añadió que seguir con esta práctica «contraviene principios legales». Ademas, según defiende, «un reciente informe de Intervención establece que sólo se puede subvencionar los estudios superiores de los alumnos matriculados con fecha anterior a la entrada en vigor de la ley de Sostenibilidad, algo a lo que sí estamos dispuestos».
Otros argumentos del nacionalista para interrumpir esta «costosa» ayuda son que «la mayor parte de los alumnos matriculados no es de Sagunt» y que ese dinero «nos permite hacer frente a medidas con mayor urgencia social, como la gratuidad de los libros escolares o el aumento de la partida de ayudas de emergencia».
Desde el centro regional de la UNED, mientras, se lamenta la suspensión de las actividades en Sagunt, de la que señalan como culpables a «los responsables políticos del gobierno del Ayuntamiento de Sagunt», por no considerar este gasto «una prioridad social». Estas fuentes reivindican la validez del convenio, con vigencia hasta finales de 2016, que «se acordó en su día con un representante del ayuntamiento que no mostró ninguna disidencia».
La UNED también recuerda que, al estar congelada la ayuda desde 2007, tanto la sede central de la universidad como la Diputación de Valencia contribuían al mantenimiento de la sede en Sagunt, donde «la asistencia académica la ofrecían cerca de 180 profesores» y a lo largo de los años «hemos hecho un importante desembolso para dotar a la sede de la infraestructura necesaria con servicios propios, como una biblioteca».
Las reacciones desde el ámbito político no se hicieron esperar. UPyD fue la primera en alzar la voz al considerar «incomprensible que se recorte en educación, obligando a los estudiantes a hacer un gasto extra para viajar a Valencia, mientras se financian actividades como el toro embolado. Que el equipo de gobierno deje de preocuparse de banderas e invasiones de la OTAN y haga política para los ciudadanos», según el delegado en Sagunt, Bernardo Bartolomé.
Moción plenaria del PSPV
Desde IP, Juan Guillén, mostró su «indignación» y «vergüenza» con los motivos del tripartito para cerrar la sede en Sagunt de la UNED «una universidad pública, que ofrece un servicio de calidad», valoración que realiza en su condición de alumno. El segregacionista censuró el «menosprecio» del gobierno local por adoptar «sin consenso» una decisión «tan importante como suprimir una línea educativa de este calado». Guillén pide al gobierno local que «rectifique», al igual que los hacen los socialistas, quienes presentarán en el pleno del martes una moción para cumplir el convenio que obliga al ayuntamiento a pagar ahora cerca de 40.000 euros para que se mantenga la sede.
Natalia Antonino (PSPV) explica que «queremos que el ayuntamiento ratifique su compromiso con la UNED como lo hizo en el año 2000 con el convenio que firmó el gobierno local de PP-Bloc».
