Pequeños hurtos en los cementerios de les Valls han salpicado la celebración de Todos los Santos. La desaparición de jardineras, búcaros o incluso ramos enteros ha enturbiado las jornadas previas. De hecho, los afectados han tenido que enfrentarse a este tipo de actos que esencialmente distorsionan y generan tristeza.
«No es por el valor que tenía, sencillamente era un búcaro al que le tenía cariño», comentaban algunos a Levante-EMV. «Es absurdo, está totalmente fuera de lugar, dejé ayer mis flores y hoy han desaparecido», añadían otros.
Ante este tipo de actos, los equipos de gobierno municipales han mantenido sus medidas de cuidado y atención a las necrópolis. «Nuestro plan de mantenimiento del cementerio es anual, lo consideramos como un jardín más de la localidad e intentamos tenerlo siempre pulcro y cuidado. Estos días incrementamos el horario de apertura, incluso hemos parado las obras de la cubierta de la ermita para que no haya problemas en la zona», apuntaba Toni Gaspar, alcalde de Faura.
En Benifairó, el servicio aumenta en cuanto al control de tráfico, «el aparcamiento y acceso a la zona será clave, por ello hemos aumentado el servicio, así como la limpieza y el mantenimiento que se han doblado durante estos días previos», añadía Toni Sanfrancisco.
En Quart de les Valls, la alcaldesa apuntaba en la misma línea en cuanto a limpieza, pintura y acondicionamiento de la zona; «intentamos que esté a punto para que todos cuantos visiten el cementerio se encuentren un lugar apropiado» afirmaba Pilar Álvarez.
«En Benavites, hemos trabajado durante semanas para consolidar el mantenimiento que desarrollamos durante todo el año», según Carlos Gil.
El cementerio de Quartell, el único parroquial de la comarca, también contará con el apoyo del equipo municipal en el control de tráfico y distribución de accesos a la zona.
Fidelidad a claveles y rosas
En su visita a los camposantos, tanto en Les Valls como en eneral en toda la comarca, los vecinos han optado por depositar ante sus antepasados los tradicionales claveles de color rojo o bien rosas. «La gente mira los precios pero generalmente sabe lo que quiere y muchos optan por flor de calidad. Un año más los más consumidos han sido el clavel y la rosa pero el Anthurium ha cobrado mucha fuerza», afirmaba Sonya, desde la floristería de Faura.
En las tendencias de esta campaña se ha gastado una media de 24 euros por ramo, y según las floristerías, en algunos casos ha habido pedidos particulares como cruces, o incluso en un caso han montado una jardinera en forma de arcoíris. Más de 2.000 tallos de claveles e incluso 1.000 de rosas han conformado los ramos preparados por los espacios florales de la Vall de Segó.
En cuanto a las tendencias en los pedidos se mantiene la costumbre de solicitar dos ramos, uno de flor natural para el día de Todos los Santos y otro de flor artificial para el resto del año. «Cada vez constatamos más la ausencia de clientela joven, no suelen venir menores de 40 años», añadían. En este sentido, las floristerías amplían su servicio incluso hasta depositar los ramos en los cementerios. «Hay muchos ramos grandes, sobre todo los centros que van ante panteones que pesan mucho y los llevamos nosotros», apuntaba Sonya.
En cuanto a la entrada de flor y su calidad, este año las floristas de les Valls han destacado el elevado valor de la flor nacional frente a la de importación. Desde primera hora de hoy, los camposantos de la Vall de Segó abrirán sus puertas y por ellos discurrirán miles de vecinos dispuestos a rendir su singular tributo a los seres queridos. A lo largo del día se mantendrán las celebraciones litúrgicas en cada uno de los cementerios.
