Los últimos accidentes ocurridos en la autovía A-23 y el momento álgido de la temporada de caza mayor, principalmente de jabalí en muchos de los cotos de El Camp de Morvedre, han llevado a los cazadores, sobre todo de La Baronia, a exigir al Ministerio de Fomento que «extreme las precauciones» en este vía. El mal estado en el que se encuentran las vallas propicia el paso de animales por la carretera, aumentando el riesgo de accidentes, que crece en la temporada estival cuando esta autovía soporta un gran volumen de tráfico.
Según los cazadores de La Baronia, varios tramos de esta vía presentan protecciones en mal estado. Frente a este «peligro», la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana ha asegurado que se instará al Estado a que ponga solución al problema, adecuando la autovía e instalando nueva vallas, así como arreglando las que estén rotas.
Pero, además, desde esta entidad también se va a solicitar la construcción de diferentes pasos subterráneos de fauna, como ya existen en otra carreteras con mucho tráfico. «Vamos a apoyar las reivindicaciones de los cazadores, ya que entendemos que son peticiones necesarias. En esta autovía confluyen muchos cotos de caza, que, además, presentan una densidad importante de animales, pero sobre todo jabalíes, y es urgente actuar». El objetivo es crear pasos cortos para animales que ocupen el ancho de la calzada
Graves consecuencias
Por otro lado, los cazadores quieren llamar la atención sobre las graves consecuencias que puede generar impactar contra un jabalí a grandes velocidades como las que se alcanzan en esta autovía. «No es un problema menor, ya que puede acarrear accidentes graves e incluso mortales».
La voz de alarma salta ahora después de conocer la presencia de corzos en las inmediaciones, además de estar en plena temporada de espera del jabalí. Tanto la búsqueda de comida como la huida de los animales de la presencia humana, hacen que esta autovía, dada la falta de un cercado en condiciones, sea una vía de escape de los animales, así como un paso fácil para llegar a las zonas urbanas y urbanizaciones donde posiblemente encuentran reservas de comida.
A esto se suma el temor a la responsabilidad que deben asumir los cotos de caza en caso de accidentes, una culpabilidad que recae en éstos en el caso de que la veda esté abierta y el animal que haya provocado el incidente esté contemplado en su plan técnico, según apuntan desde el colectivo cinegético.
Este riesgo ha llevado a los cazadores de Algímia d'Alfara a plantearse reducir la temporada para evitar asumir responsabilidades.
