Los bombardeos de Sagunt durante la Guerra Civil se cobraron 78 víctimas mortales en una acción «nada casual, ni fruto del error», según varios historiadores. Muchas de esas personas, además, perdieron la vida lejos de los aparentes objetivos militares que eran la siderurgia, el puerto, las carreteras o el ferrocarril. Y es que la población civil fue también un blanco claro de esos ataques aéreos.
Esto último se hizo evidente el 22 de diciembre de 1937 cuando, de repente, el horror tiñó de sangre el casco antiguo de Sagunt y, sin previo aviso, las bombas acabaron con 34 personas y dejaron cientos de heridos cuando muchos salían de trabajar de los almacenes de naranjas. A éste le siguieron más de 130 ataques que al final provocaron no solo la improvisación de refugios en casas particulares o en el mismo ayuntamiento, sino la posterior huida de muchos habitantes a pueblos vecinos. Aún así, por más las bombas paralizaban a menudo la siderurgia, ésta no dejó de trabajar ni un solo día, fabricando durante la guerra desde obuses para cañón a piquetas para alambradas; un temple y un esfuerzo fue reconocido en 1938 por el Gobierno, al poner en circulación una serie de sellos en homenaje a los obreros de Sagunt.
En memoria de las personas que perdieron la vida bajo esas bombas y de los combatientes que se dejaron la piel por defender la ciudad, el Ayuntamiento de Sagunt ha preparado este mes varios actos, ahora que se cumplen 80 años de ese primer ataque aéreo.
El primero llegará el día 10 y permitirá recorrer a pie, desde la estación, los principales lugares donde cayeron las bombas ese fatídico 22 de diciembre de 1937. Desde las 10 horas, la visita estará guiada por el estudioso José Ramón Carbonell y contará con la colaboración del Col.lectiu Pel patrimoni saguntí.
El recorrido proseguirá por todo el itinerario que hicieron entonces los heridos hasta llegar al antiguo hospital; un lugar alejado de las zonas más afectadas entonces por aquel derroche de sangre y confusión. También incluirá, por primera vez, la visita al antiguo refugio situado en los sótanos del mismo ayuntamiento, un espacio utilizado hasta ahora como almacén.
La jornada concluirá en el colegio Cronista Chabret con el pase de un documental sobre estos ataques aéreos en Sagunt; un trabajo coordinado por Juanfran Gómez y el gabinete de prensa municipal. Todo, «para conocer la historia y que no vuelva a repetirse», como decían desde el ayuntamiento.
