Las dos caras de las fiestas ya se han manifestado en el arranque de las celebraciones patronales en Sagunt, donde miles de personas disfrutan con una programación centrada esta semana en los bous al carrer, mientras que otros muchos tratan de sobrevellar las inevitables molestias de las manifestaciones festivas de esta magnitud.
Así lo reconoce el presidente de las peñas, Ricardo Melià, quien señala que «la afluencia derbordó las previsiones, con muchos llegados de fuera, incluso en autobuses». De esta forma y pese la nota general, que es «muy positiva», Melià admite que «nos hemos convertido en un referente y eso también implica que haya situaciones feas». Así y mientras los primeros espectáculos taurinos se saldaron con algún revolcón sin consecuencias graves, según el presidente de la federación, otra cosa fue la macrofiesta del sábado, que se suspendió pasadas las 4 horas.
«Cuando detectamos cualquier incidente que va contra las fiestas tomamos medidas para evitarlas», apunta Melià. En este sentido, el representante de las peñas de Sagunt agradece a las fuerzas de seguridad, «especialmente a la Policía Local, la protección a los vecinos, los visitantes y a los miembros de la comisión cuando tomamos ciertas decisiones». En cualquier caso, Melià añade que «consideramos que debería haber más policia en actos que, como el sábado, reunieron a 5.000 personas».
Otra cuestión que ha provocado quejas son los locales que las peñas utilizan como sedes, tanto por el ruido como por la suciedad que algunas dejan a su paso. «Nuestra idea era que todas se reunieran en un punto donde no generaran molestias, pero no pudo ser», asegura Melià, quien señala también que «en Sagunto somos muy casaleros, así que durante esta semana de fiestas pediría respeto mutuo entre los vecinos y los peñistas».
Otra sombra de este arranque fue la escasez de bocadillos en la cena de la tercera edad, donde los cerca de 500 fueron insuficientes y provocaron protestas entre los 200 que se quedaron sin cenar.
