Con sólo 27 años, Alberto Rey, un joven cineasta del Port de Sagunt, se ha convertido ya en una personalidad de la animación stop-motion.

Alberto Rey se inició en el mundo del cine a sus 19 años. Se apuntó a una escuela de cine del Port de Sagunt y estuvo durante 4 años, tiempo en el que colaboró en tres largometrajes y diversos cortometrajes, de entre los que surge Botón, cortometraje que escribió y dirigió y que logró circular por varios festivales de la zona. Según relata a Levante-EMV, «Quise crecer más, mejorar mis historias y sobre todo aprender animación stop-motion. Tuve la suerte de hacer mi TFG sobre esa técnica y me quedé totalmente prendado. Me posibilitaba crear mundos fantásticos, que era lo que yo quería hacer. Quise seguir aprendiendo y cursé el Máster de Animación de la UPV, pero no ofertaba una especialización en stop-motion, así que decidí no terminar el segundo año y trabajar para realizar mi primer cortometraje en stop-motion, Shame».

Tras la consolidación de un equipo de trabajo, junto al diseñador Óscar L. García Lorenzo, y al compositor Fernando Ros, Alberto Rey forma Veus Produccions, su propia productora, con la que el joven cineasta ha traído dos proyectos más, The Purple Fight y La Rebelión de los Bigotes. Rey, además, ha firmado con una distribuidora de Málaga, Jóvenes Talentos, para la distribución de The Purple Fight, y se encuentra en la fase de realización de La Rebelión de los Bigotes actualmente.

Con su adentración en la animación, Alberto Rey comienza una serie de cortometrajes de animación con un carácter más que reivindicativo. Shame fue el primero de ellos, y trata sobre el drama que viven los refugiados. «Buscaba expresar lo que sentía en ese momento, esa rabia, esa falta de ética y de valores humanitarios que asola a la mayoría de países por lo que reflejan sus urnas. Tenía que denunciarlo a través de mi medio de expresión», explica el cineasta.

Poco después llegó The Purple Fight, su segundo cortometraje de animación, en el que el realizador viaja atrás en el tiempo para adentrarse dentro del movimiento sufragista. Según confiesa, este proyecto es especial para él, no sólo porque es el primero de su nueva etapa en Veus Produccions, sino porque tiene muchas alusiones al mundo fantástico de Harry Potter, que es uno de sus mayores referentes y parte importante de su infancia.

Actualmente, Alberto Rey se encuentra trabajanado en su tercer cortometraje de stop-motion, La Rebelión de los Bigotes, que, según ha adelantado, tratará sobre la crítica a la sustitución de trabajadores por máquinas en el seno de la Revolución Industrial.

Además, a lo largo de sus tres cortometrajes animados, el joven realizador ha tanteado distintas técnicas y estilos de animación. Desde Shame, donde conjuga técnicas como la pixilación o la animación con muñecos, a The Purple Fight, donde basa la animación en el cut-out, animación con recortes de papel y cartulinas. Según explica Rey, «Eliges el estilo, la estética en función de lo que quieres transmitir. Me interesa, como artista, establecer un lenguaje propio, reconocible. Pero he de decir que The Purple Fight y La Rebelión de los Bigotes tienen estilos similares por la época y la crítica».