«Fundació de la Comunitat Valenciana de Patrimoni Industrial i Memòria Obrera de Port de Sagunt». Éste es el nuevo nombre oficial de la entidad que vela por el legado dejado por el megaproyecto empresarial impulsado hace más de cien años por los empresarios Sota y Aznar.
Así lo acordó el patronato de la Fundación en su última reunión, después de que el Protectorado de Fundaciones de la Comunidad Valenciana no haya puesto ningún problema a incorporar en su nombre las palabras «Port» y «Memòria Obrera».
Quico Fernández, presidente de la entidad y alcalde de Sagunt, ha asegurado que este cambio supone «una de las grandes aportaciones, ya que el patrimonio no es solamente lo material, los restos del Alto Horno o el Museo, el patrimonio también es la memoria, y la memoria obrera en nuestra ciudad es importantísima. Por lo tanto, este nuevo enfoque yo creo que da la clave de lo que nosotros pretendemos hacer con el patrimonio, no solamente tener un museo o lugares para visitar, sino también contar con un espacio donde reflexionar sobre nuestra historia, sus protagonistas, los valores como la lucha o el trabajo y todo lo que supuso el movimiento obrero en nuestra ciudad».
Para complementar la nueva denominación de la entidad, se ha realizado una nueva imagen corporativa, «en consonancia con los nuevos tiempos y más arraigada a los proyectos generales de la entidad», manifiestan desde las mismas fuentes.
Además de aprobar las cuentas anuales del ejercicio 2018 y su remisión al Protectorado de Fundaciones de la Comunidad Valenciana, se acordó un paso previo a la licitación del contrato para la reivindicada catalogación del archivo industrial: el texto que contendrá la consulta preliminar de mercado que lanzará antes la Fundación.
Otro asunto que se trató fue la petición del Ayuntamiento de Sagunto de pertenecer a dos Consejos Municipales, como son el de Patrimonio y el de Patrimonio de la Humanidad.
Fernández ha concluido destacando que todos estos cambios suponen « un punto de inflexión, ya que la fundación se encontraba absolutamente a la deriva, en banca rota. Ahora, sin poder decir que está totalmente saneada, ha pasado a ser una fundación que ya tiene unas cuentas, que depende básicamente de la ciudad, y que está poniendo en marcha todos los proyectos previstos, como por ejemplo el Alto Horno que ya está abierto, el proyecto de Museo Industrial, la voluntad de trabajar el archivo y, evidentemente, trabajar en la figura de la protección de este patrimonio industrial que ya tenemos incluido en una Red Europea y que va a ser, uno de los puntos de referencia de nuestra oferta cultural y turística.
