La fiesta de la Virgen de los Desamparados sigue viva en Sagunt, como se demostró en un intenso fin de semana que dejó muy buen sabor de boca, con el impresionante castillo de fuesgos artificiales de la pirotecnia Lluch. «Estamos muy contentas de cómo ha ido todo. En la ofrenda participaron unas 200 personas, más que otros años, y la verdad es que ha valido la pena, tanto por mantener la tradición como porque es muy bonita y se disfruta. Y más, si la haces con tus amigas», explicaba a Levante-EMV Itziar Bono Pozuelo, que ha sido la clavariesa de este año y estaba al frente de la mayoralía que organizaba los actos y completaban Gema Martí López, María Villaplana Miller, Lydia Noverques Muñoz, Belén Tudón Donat y Andrea Palomar Rios.
Tras cerrar la novena con una Nit d' Albaes y permitir que los pequeños pasaran por el manto de la Virgen en la ermita, la ofrenda reunió a los principales representantes de las 30 fallas de la comarca, la Junta Fallera de Sagunt y sus cortes de honor, la Casa de Aragón y la Peña El Cachirulo, así como 50 festeras de años anteriores y el Grup de Danses Morvedre. Después de una misa cantada por el coro de cámara Ab Libitum, hubo visita al convento de Santa Anna tras otra previa al asilo, que incluyó bailes con los padres de las festeras y algunos residentes. No faltó la procesión, donde la mayoralía entrante de La Sang llevó el anda de Sant Roc; una colaboración «que se ha transformado en una buena amistad. Ha sido un lujo coincidir con ellos», admitía Bono.
