El Ayuntamiento de Sagunt ha vuelto a tropezar en la misma piedra a la hora de intentar acabar de una vez las obras del pabellón polideportivo frente al cementerio del Port.
Tras la última inyección económica, que elevó al millón de euros la aportación municipal a esta obra impulsada por la Generalitat a través del Plan Camps, todo parecía en su sitio para retomar una actuación que lleva parada más de siete años y medio. Sin embargo, las dos empresas con las mejores ofertas han rechazado su ejecución y ahora todo queda pendiente de la tercera, la unión compuesta por la murciana Orthem Servicios y Actuaciones Ambientales y la alicantina Abala Infraestructuras.
En lo que ya es el tercer procedimiento de adjudicación, la empresa a la que se propuso la concesión del contrato, Urbamed, renunció con la excusa, desmentida posteriormente con un informe municipal, de que la estructura no soportaría la continuación de las obras. Así, el ayuntamiento incautó la garantía de casi 100.000 euros y propuso a Grupo Ravi, que presentó la segunda mejor plica, para la adjudicación.
Por una cuestión de plazos, según la empresa, esta constructora también desestimó hacerse cargo de la actuación, ya sin penalizaciones, y dejó todo en manos de Orthem-Abala, que dispone ahora de dos semanas para tomar una decisión.
Todavía a tiempo
Y mientras el procedimiento sigue sin resolverse, el proyecto mantiene la amenaza de la retirada de los fondos autonómicos, si bien es cierto que la Generalitat ha ido prorrogando los plazos máximos para terminar las actuaciones del Plan Confianza, el último hasta finales de 2021. «Si Orthem-Abala acepta el contrato -que contempla 18 meses de plazo de ejecución- llegaremos a tiempo, pero si tenemos que abrir otro procedimiento, iremos más justos».
