El Ayuntamiento de Estivella merece una mención aparte a la hora de analizar la evolución de la deuda. Y es que el gobierno que ahora preside Rafa Mateu logró reducir este capítulo al cierre de 2019 hasta los 71.000 euros, después de deshacerse del préstamo concedido en 2012 para hacer frente a las obligaciones pendientes con los proveedores.
Ese plan llevaba aparejado un plan de ajuste que se prolongaba durante una década, pero la cancelación del crédito durante 2019 ha permitido al Ayuntamiento de Estivella dejar atrás las restricciones impuestas tras la contratación de este préstamo.
La reducción de la deuda se ha acelerado durante los últimos ejercicios, desde que el consistorio alcanzara una situación límite a principios de 2013, cuando la deuda viva se situó en los 1,3 millones en un consistorio cuyo presupuesto no llegaba al millón.
Otro aspecto destacable es que esta reducción de las obligaciones pendientes con las entidades financieras no ha evitado que el consistorio cerrara el pasado ejercicio con cerca de 285.000 euros de superávit. Sobre el destino de este dinero, Mateu admite su frustración por las limitaciones estatales. El socialista reconoce que «con ese remanente podríamos arreglar dos caminos de huerta que tenemos pendientes, reformar el ayuntamiento, sanear Beselga o seguir con las actuaciones en el polideportivo, pero la ley Montoro -por el exministro de Hacienda- nos ata las manos».
