El consorcio de residuos Palància-Belcaire ya dispone de los padrones para bonificar con un total de 500.000 euros la tasa de este año a aquellos que durante 2019 utilizaron los ecoparques. Ya el pasado ejercicio, cerca de 15.000 usuarios fueron premiados por sus esfuerzos de reciclaje, aunque la partida reservada apenas rondaba los 60.000 euros por lo que este año será cuando tenga un verdadero impacto en la tasa.
El presidente del consorcio y alcalde de Estivella, Rafa Mateu, explica que «la distribución de las bonificaciones va a ser prácticamente lineal, porque hemos dividir los puntos totales acumulados por la cantidad disponible y así damos un valor económico a cada punto para hacer el reparto en consonancia». Este sistema ha permitido que la bonificación en algunos casos alcance los 40 euros, más de la mitad de la tasa, mientras que el promedio entre los más de 20.000 beneficiados ronda los 24 euros.
Además de la mayor aportación del consorcio a este fondo para la campaña Si más reciclas, menos pagas, el principal aumento de este año procede de la Generalitat, a la que «pedimos que nos echara una mano para premiar que estemos a la vanguardia en muchos aspectos del tratamiento de los residuos, gracias en gran medida a la planta de Algímia d'Alfara». Así, para el año que viene, con la esperanza tanto de obtener otra inyección autonómica como de acabar el ejercicio con superávit, la intención es seguir apostando por este incentivo al reciclaje.
Pero antes de pensar en el próximo ejercicio, el consorcio tiene todavía que recuperar la normalidad tras el periodo más restrictivo de la crisis sanitaria. Ayer mismo, dio un paso en esta dirección con la primera reunión presencial de su órgano de gobierno, en la que se dio cuenta de todas las gestiones realizadas durante los últimos meses.
Ya durante el confinamiento y con los ecoparques cerrados, el consorcio Palància-Belcaire puso a disposición de los ayuntamientos a una persona para que recogiera los vertederos incontrolados que se detectaran, un servicio del que echaron mano varios consistorios, especialmente los más pequeños. Otra colaboración con los ayuntamientos consorciados fue la gestión con la Generalitat para el suministro de los elementos de protección sanitaria.
Mientras, la prohibición del triaje manual en la planta de Algímia obligó a realizar ajustes, que no mermaron la cantidad de los residuos tratados e incluso permitieron mejorar los niveles de rechazo con respecto a periodos anteriores, al quedarse por debajo del 38 %, mientras que el año pasado apenas bajaba del 40 %.
Basura tratada
Sobre la basura que entró en la planta de Algímia durantes las fases más duras del confinamiento, en un principio se superó la cantidad del año pasado, ya que el mayor consumo en los hogares compensé el cierre de establecimientos. Esta situación se ha equilibrado a medida que se superaban fases de la desescalada y se entraba en la llamada nueva normalidad, hasta el punto que entre mediados de marzo y junio se trataron en Algímia casi 18.600 toneladas, cerca de 350 menos que en 2019.
Por contra, la fracción orgánica se vio incrementada ligeramente durante ese mismo periodo, ya que las casi 296 toneladas del pasado año se convirtieron en cerca de 298,5 toneladas durante el presente ejercicio, según los datos facilitados por el consorcio Palància-Belcaire.
