Usuarios del punto accesible de la playa del Port de Sagunt lamentan que el ayuntamiento haya hecho caso omiso de las firmas vecinales presentadas y siga sin ofrecer este año el servicio de baño asistido que sí prestan otros consistorios, con medidas de seguridad adicionales para prevenir la covid-19.
Como explica a Levante-EMV uno de los impulsores de esta iniciativa vecinal, Miguel Ángel Lázaro, llegaron a recoger de forma improvisada 72 firmas demandando que el ayuntamiento revisara su protocolo, que impide el contacto entre los monitores y los discapacitados. Su intención era que el consistorio rectificara para así evitar que una persona sin movilidad en las piernas solo consiga bañarse si un amigo o familiar «te monta en la silla anfibia y, una vez en el agua, es él quien se bañe contigo», apunta.
Esto mismo, según Lázaro, «es lo que se hacía en las playas de València hasta el pasado 15 de julio, cuando se cambió el protocolo, según difundió la Confederación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunitat Valenciana (Cocemfe CV)».
Ante la variación acordada en València, los usuarios del Port confiaban en lograr en Sagunt la misma medida tras hacer su petición por registro de entrada al ayuntamiento y hablar con el concejal, Roberto Rovira.
Como expusieron al edil de Esquerra Unida, las demandas también se extendían a que a las personas ciegas se las acompañara hasta el agua y durante el baño con un método sencillo: Que el monitor y el usuario cogieran cada uno de un extremo de un 'churro', un flotador alargado que puede medir varios metros «con el objetivo de garantizar la distancia de seguridad».
Sin embargo, todo cayó en saco roto, por lo que hay usuarios que han acabando contratando a personas para que les ayuden a entrar en el agua y se bañen con ellos, mientras otros han optado por acudir a playas cercanas como la de Canet d' En Berenguer, «donde el protocolo es diferente», como apunta Lázaro.
La situación, a su juicio, es más irónica todavía cuando la falta de baño asistido en Sagunt se justifica por temor a la covid-19 y, sin embargo, el servicio ha llegado a estar cerrado unos días en el Port y una semana en Almardà después del positivo de un auxiliar de playa del Port que compartía instalaciones con los trabajadores del punto accesible. «Al final nosotros nos quedamos sin baño, pero si hemos recibido la visita del coronavirus», dice.
Máxima seguridad
El edil de Playas, Roberto Rovira, ha insistido en cualquier caso en que el protocolo que se está siguiendo es el definido por el departamento de Salud Laboral «para garantizar la máxima seguridad tanto para los usuarios como para el personal. Ante estas peticiones de los usuarios -insiste el concejal de Playas-, hablé con Salud Laboral, pero destacaron los cambios al considerar que no es posible garantizar la distancia de seguridad en el agua, además de que la mascarilla no se puede llevar cuando te meses al mar. Es una decisión técnica por el bien de los trabajadores y de los propios usuarios. Puedo entender el enfado de algunas personas pero esto no es una decisión política, estamos hablando de la salud en un momento muy complicado y de personas que habitualmente son vulnerables», decía a preguntas de Levante-EMV, además de asegurar que él «está en contacto con los usuarios de manera habitual» y «algunos entienden perfectamente que no se pueda prestar baño asistido por seguridad, pero otros no».
También evitaba comparaciones con València, donde decía que el ayuntamiento tiene externalizado este servicio, que presta a través de la Cruz Roja. «Tendrán otro criterio. Aquí los servicios municipales entienden que hay un riesgo que no se debe asumir y por tanto el servicio se mantiene como está. Los usuarios vienen con familiares, se les ayuda a entrar y salir del agua con la silla anfibia, en el agua están con los familiares y tienen el espacio de sombra».
