No hay nada que hacer. Ese es el resumen del informe de 85 páginas elaborado por Fhecor Ingenieros Consultores a petición de la Autoridad Portuaria de València (APV) para conocer el estado del Pantalán tras años de abandono y el paso de la borrasca Gloria, que provocaron el colapso de tres de sus 44 vanos, así como una «precariedad estructural», que no permite «garantizar la efectividad de una rehabilitación».
La principal luz que aporta este estudio es la comparativa que ofrece de la infraestructura entre noviembre de 2018, cuando esta misma consultora redactó el estudio de viabilidad estructural del Pantalán de Sierra Menera sobre 944 páginas, y la actualidad, especialmente después de los temporales que azotaron la costa los pasados meses de noviembre y diciembre. Los nuevos análisis que se han tenido en cuenta para alcanzar la conclusión demoledora son fotos y nubes de puntos 3D en varios formatos realizadas mediante un dron de la empresa Global Mediterránea Geomática.
Además de evidenciarse «los daños irreversibles en la estructura», el último informe de Fhecor, fechado el 10 de octubre, corregido el 9 de noviembre y firmado por una ingeniera, analiza los motivos que condujeron al colapso de dos secciones del Pantalán en un plazo de mes y medio. En el primer caso, «la corrosión extraordinariamente desarrollada» por la falta de mantenimiento durante décadas fue el principal causante, ya que en 2018 ya se alertó del alarmante deterioro. Por lo que respecta a los vanos 19 y 20 que fueron víctimas de Gloria, el estudio explica que «estos tramos no habían sido identificados como especialmente dañados» antes del paso de la borrasca.
El informe se detiene en analizar las características de aquel temporal, que provocó olas que superaron la altura del Pantalán. Además de este factor, la consultora toma los datos recogidos por Puertos del Estado y destaca que las ráfagas de viento superaron los 80 kilómetros por hora. Esta intensidad, según una escala de medición internacional, cataloga la tormenta como «temporal fuerte», que puede provocar «daños en árboles, imposible caminar con normalidad. Se empiezan a dañar las construcciones. Arrastre de vehículos. Grandes olas, espesas estelas de espuma a lo largo del viento, las crestas de las olas se rompen en rollos, las salpicaduras pueden reducir la visibilidad».
Esta «climatología extrema», insiste el informe de la APV, provocó en el Pantalán, además del colapso de una sección de 60 metros, «el agotamiento de la sección de los pilotes», que son metálicos y tienen una extensión entre 34 y 36 metros; así como «el desplazamiento horizontal de tramos de vigas en mayor o menor medida -de hasta 44 centímetros en el tramo más próximo al segundo que cayó al mar- que se debe al impacto del oleaje».
Deterioro de los daños previos
Pero además de la aparición de estos nuevos problemas, la borrasca «produjo un deterioro muy acentuado de los daños» detectados previamente, con «incidencia en la seguridad estructural» hasta el punto de que «la reparación sería muy compleja».
Este estudio también defiende la gestión de la APV en el Pantalán durante los últimos años, ya que el informe de noviembre de 2018 «identificaba una serie de actuaciones de consolidación con carácter urgente, así como una serie de alternativas para la posible rehabilitación definitiva del Pantalán». Así, el organismo portuario llegó a licitar por 490.000 euros un contrato para acometer estas actuaciones, pero, tras su convocatoria posterior al primer colapso, «no hubo empresas ofertantes, probablemente a la vista de los daños producidos en diciembre».
Nuevo informe. Imágenes de detalle del Pantalán. 1 Estado que presentaba el primer vano antes de su colapso. F
2 Evolución del daño en uno de los pilotes desde 2018, el paso de la DANA y la borrasca Gloria. F
3 Vista aérea del desplazamiento de los vanos más próximos al segundo derrumbe. F
