La reciente adjudicación de las obras de regeneración del tramo de costa entre la Llosa y Almenara supone un nuevo hito en un proyecto en el que se trabaja desde hace años. Tras la información recopilada en estudios que se remontan más de una década, la dirección general de la Costa y el Mar eligió una alternativa que contempla, entre otras intervenciones, más de un kilómetro de espigones repartido en ocho escolleras, algunas de nueva construcción y otras que suponen la consolidación o prolongación de las existentes.
A partir de esta apuesta, que Costas mantiene desde hace al menos cuatro años, las expectativas son totalmente opuestas entre Almenara, donde estas obras se ven como la salvación de su frente litoral, y Sagunt, donde se teme que, sin medidas correctores que se ejecuten de forma simultánea, estos trabajos serán la puntilla a las ya deterioradas playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa.
Desde el lado castellonense de esta unidad costera, la alcaldesa de Almenara, Estíbaliz Pérez, reconocía su «absoluta satisfacción y alegría» tras la adjudicación de las obras por cerca de 6 millones de euros, que «por fin hacen justicia en la playa Casablanca». Esta zona es uno de los mejores ejemplos de la regresión durante las últimas décadas de tramos de costa por el efecto de los puertos, los espigones, la falta de caudal fluvial y el urbanismo sin control.
Desde Sagunt, mientras, cada vez más voces se unen a la necesidad de presentar una demanda contra Costas para paralizar los trabajos en Almenara, como única vía para proteger el frente litoral de Almardà, después de que el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica no atendiera sus propias recomendaciones a la hora de abordar ambas problemáticas, la del sur de Castelló y la del norte de València, de forma simultánea.
En esta cuestión de los tiempos, las previsiones que se manejan en Almenara estiman que las obras arrancarán en septiembre, una vez se supere el periodo de nidificación del chorlitejo patinegro, aunque no se descarta que Costas «decida empezar antes por la zona que no afecta a la anidación», según Estíbaliz Pérez.
El sometimiento a información pública de este proyecto se llevó a cabo entre los meses de febrero y abril de 2018, mientras que la actuación programada para la regeneración del litoral norte de Sagunt se encuentra actualmente en esa parte del procedimiento, de tal forma que el retraso que acumula la intervención en Almardà con respecto a la de Almenara ronda los tres años.
Un factor que puede provocar más demoras en Sagunt es la procedencia del millón de metros cúbicos de arena que se pretende depositar en las playas afectadas, ya que el banco de Cullera, donde los pescadores ya han alertado de las «ruinosas» consecuencias de la extracción de material de esta zona, tiene caducada su declaración de impacto ambiental.
Compromís endurece su postura contra Costas
«Compartimos la preocupación de los vecinos de Almardà, Corinto y la Malvarrosa por los efectos muy negativos que tendrán las obras en las playas de la Llosa y Almenara, tal y como ha demostrado de forma incontrovertible un especialista que trabaja en el laboratorio de Puertos y Costas de la Universitat Politècnica de València». Así resume el teniente alcalde de Almardà, Pepe Gil, la postura de Compromís en esta materia, en la que también pide la presentación «de la manera más rápida posible» del contencioso que permita detener la actuación. Respecto al proyecto para Sagunt, el nacionalista señala que «tiene muchas carencias», así que desde la formación se anuncia que «presentaremos alegaciones, independientemente de las que pueda presentar el ayuntamiento».
