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Guerra en primera línea de playa

Los retrasos de la Demarcación de Costas a la hora de cumplir sus compromisos han provocado un conflicto entre las vecinas Sagunt y Almenara por los mayores avances en esta última con el proyecto de regeneración del litoral

Guerra en primera línea de playa

El deterioro en muchos puntos del litoral valenciano se arrastra desde hace décadas por variadas circunstancias, aunque hay un punto, justo el que divide las provincias de València y Castelló, donde el irregular funcionamiento de la Demarcación de Costas ha motivado un conflicto entre Sagunt y Almenara.

Guerra en primera línea de playa

Ambos municipios reclaman con razón desde hace años una actuación de regeneración para sus playas, que además forman parte de la misma unidad morfológica, pero, mientras la localidad castellonense ya cuenta con las obras adjudicadas por 6 millones de euros y listas para ejecutarse a la vuelta del verano, la capital del Camp de Morvedre se tiene que conformar con actuaciones esporádicas y un proyecto, presupuestado en 18 millones de euros, que todavía tiene que someterse a la declaración de impacto ambiental, la misma que en Almenara costó cerca de tres años.

Esta desigual situación preocupa en Sagunt y más concretamente en su playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa, donde se teme que la construcción de nuevos espigones al norte agrave el deterioro del litoral en el que, ya no solo se añora la época no tan lejana con arena, sino que el baño se ha convertido poco menos que un actividad de riesgo, debido a los agudos desniveles que se producen con las piedras en la zona de la orilla, que complican la entrada y especialmente la salida del agua.

Desde Sagunt, con el empuje de la asociación de vecinos, se han promovido múltiples actos reivindicativos, el más sonado una cadena humana, pero la falta de respuestas de Costas, o más concretamente de hechos, hizo ya hace unos meses que se pusiera sobre la mesa la posibilidad de presentar un contencioso que paralizara las obras de Almenara para dar tiempo a que el proyecto de Sagunt coja forma.

Pero cuando todo parecía encaminado a resolver este conflicto en los tribunales, como se llegó a acordar incluso en la junta de gobierno de Sagunt, las dudas manifestadas por el alcalde, Darío Moreno, a las que se han sumado más voces en las últimas semanas, han hecho replantearse esta vía, para la que en los próximos días se le agota el plazo al ayuntamiento.

Indecisión

Los motivos de esta indecisión son los avances que se han producido en los últimos meses, precisamente desde que se planteó la amenaza del contencioso, la posibilidad de que Costas castigue este movimiento con represalias en forma de más retrasos para las necesarias actuaciones en Almardà, Corinto y Malvarrosa, así como la falta de garantías de que, una vez planteado el conflicto en los tribunales, el resultado suponga algún beneficio para Sagunt. Estos argumentos, sin embargo, no han convencido a la mayoría de vecinos y resto de partidos que siguen sin fiarse de la palabra de Costas.

Hasta no hace mucho, las playas del norte de Sagunt eran de arena

Las playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa han visto sustituida la arena por las piedras y gravas

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