La salud mental engloba a un colectivo de pacientes «históricamente olvidados», según reconocía hace unos días el gerente del departamento de salud de Sagunt, José Luis Chover, una situación que está cambiando.
Así lo demuestra la incorporación de una terraza terapéutica en el área de hospitalización psiquiátrica, la ubicación de una unidad de salud mental en el centro de especialidades del Port o la apuesta al fina de la Generalitat por financiar el centro de rehabilitación e integración social (CRIS) para personas con enfermedades mentales crónicas.
La necesidad de dar estos pasos se evidencia en la actividad del departamento de salud de Sagunt durante el pasado año, marcado desde mediados de marzo por la pandemia, cuando las consultas de psiquiatría, incluida la infantil, se dispararon más de un 15 %, al pasar de las 20.260 en 2019 a las 23.347 del pasado ejercicio.
Según precisan desde el departamento sanitario, la incorporación de un profesional más en esta especialidad puede explicar parte de este incremento, pero no todo. Y es que, incluso dentro del mismo área de salud mental se reforzó también psicología, en este caso con dos facultativos, pero las consultas se redujeron con respecto al anterior ejercicio, según siempre los datos recopilados por el propio departamento en sus memorias anuales.
Otro aspecto destacable en este balance estadístico se refiere a las primeras consultas psiquiátricas frente a las sucesivas. En el primer apartado, el incremento entre 2019 y 2020 fue del 59 % en el área de salud de Sagunt, mientas que, en el segundo, hubo un retroceso del 25 %. Según explican fuentes sanitarias, este último «es un buen indicador, porque quiere decir que los pacientes se estabilizan. Las ‘primeras consultas’ hacen el seguimiento», de ahí que haya tal disparidad entre estas últimas, cerca de 15.400 en 2020, y las sucesivas, que no llegaron a 8.000 en ese mismo periodo.
Hospitalizaciones
En un contexto en el que los ingresos en todas las especialidades se contrajeron un 3 % durante el pasado año con respecto al anterior, las hospitalizaciones psiquiátricas también se redujeron un 5,4 % hasta las 157, de las que 135 fueron por urgencias. La estancia media de estos pacientes en un ala que en 2020 se amplió en una cama, hasta las ocho, estuvo ligeramente por encima de los 14 días, mientras que el índice de ocupación apenas superó el 75 % y la presión de urgencias se quedó en el 86 %, la más baja desde 2017.
Otro aspecto que recoge esta memoria tiene que ver con las altas hospitalarias en psiquiatría, que fueron 143 durante el pasado año. Los trastornos depresivos de menor o mayor severidad, con una treintena, la esquizofrenia o los trastornos tanto de personalidad y control de impulsos como bipolares fueron las principales patologías por las que los pacientes fueron datos de alta. Entre éstas también se encuentran el envenenamiento con medicamentos y el abuso o dependencia tanto de las drogas como del alcohol.
Récord histórico en la unidad de conductas adictivas
El pasado año se estableció un nuevo récord en el número de consultas prestadas desde la unidad de conductas adictivas del departamento de salud de Sagunt, que se encuentra en el centro de salud II del Port de Sagunt con una médica adscrita. En otra de las variables a las que se puede encontrar explicación en la pandemia de coronavirus, el área sanitaria que da servicio a algo más de 155.000 personas prestó más de 4.000 consultas en esta especialidad, lo que representa un 8 % más que el anterior ejercicio. En este caso subieron las primeras consultas y las sucesivas, según se recoge en la memoria estadística del departamento de salud dirigido en Sagunt por José Luis Chover, a la que ha tenido acceso Levante-EMV.
