La coincidencia de la celebración litúrgica de Santa Bárbara, justo en el día anterior a la Fira de Faura, ha motivado la organización extraordinaria de este acontecimiento. «El confinamiento y el cumplimiento responsable de las restricciones nos ha dejado sin Baixà de Santa Bárbara durante dos años consecutivos; por eso, al coincidir el 4 de diciembre en sábado, hemos optado por impulsar una Baixà extraordinaria» apuntaba el alcalde de la localidad, Toni Gaspar.
El desarrollo económico de la subcomarca de les Valls motivó a principios del siglo XX el cambio de los cultivos tradicionales como la vid, la oliva o el algarrobo por la naranja. El hecho que el punto álgido de la campaña de cítricos sea en diciembre motivó el traslado de las fiestas a la semana posterior a la Mare de Déu de l’Assumpció. «El pas del forment i el raïm a la taronja canvià el calendari festiu de la localitat», apuntan las crónicas de un pueblo que espera poder revivir excepcionalmente una de sus tradiciones.
«Coets de la Baixà» iluminarán las calles Santa Bárbara y Plaça Major de Faura el primer sábado de diciembre. La comitiva procesional contará con múltiples expresiones de la cultura y el folclore autóctonos. L’escola de danses de Faura protagonizará su tradicional dansà junto a otros grupos de Nans i gegants o incluso la Muixeranga d’Algemesí sumará su vivencia a la festividad. Los tiradores acreditados con su CRE, participarán ataviados con la indumentaria pertinente. Entre la comitiva destacarán els festers y la banda de la localidad acompañará también a la patrona.
Si bien es cierto que la Baixà dejó de vivirse en diciembre por exigencias de la recolección de la naranja, no es menos cierto que la Fira ha mantenido su presencia en el calendario. No obstante, la ubicación de este evento que transforma la fisonomía de Faura durante el primer fin de semana de diciembre. A finales del siglo XIX y principios del XX, la Fira se localizaba en la Plaça Major. Con el paso del tiempo y la ampliación de productos ofrecidos, la superficie creció por las arterias principales de la localidad. Tanto es así, que ahora este mercadillo navideño transforma las calles Santa Bárbara y la calle Mayor.
Los festejos se prolongan hasta el lunes con la Pujà. Los vecinos podrán gozar del almuerzo popular tras la subida de la Santa en procesión a su ermitorio.
Después de esperar un siglo para celebrar su Baixà y Pujà en diciembre, los faureros podrán disfrutar de un puente de diciembre acompañados de cultura, música y fuegos artificiales. Habrá baile para la noche del sábado c en el auditorio de la Canaleta. Por su parte, los amantes del arte podrán disfrutar de la Exposición «Sorolla, sis acadèmies» una muestra pictórica de Joaquin Sorolla que se expondrá en el salón de plenos del consistorio. Asimismo un castillo de fuegos artificiales será el colofón de un evento que vertebra tradición, anhelo de un futuro mejor y responsabilidad en clave sanitaria.
«Serán días extraordinarios, para un pueblo extraordinario que ha demostrado serlo en tiempos de bonanza y de adversidad; un pueblo del que cabe sentirse orgulloso. De ahí que, con todas las precauciones posibles y con la responsabilidad que nos caracteriza damos paso a una celebración con mayúsculas. Con el recuerdo de los que nos han dejado y la mirada esperanzada en los más pequeños que podrán vivir la Fira como se celebraba hace cien años; con la Baixà y la Pujà entorno a la festividad de Santa Bárbara; Faura vivirá un momento especial el primer fin de semana de diciembre», afirmaba el alcalde, Toni Gaspar.
recuerdos. Instantáneas de hace un siglo. 1 Faureros acompañando a su Virgen durante la Baixà hace ahora cien años. F
2 Vecinos portando el anda de Santa Bárbara. F
