Es una disparatada y brillante farsa conyugal donde un fabricante de orinales aspira a conseguir el contrato del siglo: ¡suministrar su material al ejército! Las estratagemas que emplea para cerrar el negocio le reservan toda una serie de sorpresas, y todo porque el pequeño de la casa se niega a tomar un purgante que la madre quiere que beba por encima de todas las cosas.