Todo gran proyecto musical comienza con la sensación de que ha llegado el momento.

Así fue, en 2004, para Madeleine Peyroux: "Cuando me decidí a hacer Careless Love habían pasado ocho años desde mi primer álbum".

Nacida en Athens, Georgia en 1974, Madeleine "creció en una casa llena de música y desde muy temprana edad "instintivamente se dio cuenta del poder calmante de la música", pero fueron sus años de adolescencia en la capital francesa quienes convirtieron la noción de la infancia en un todo.

Peyroux es una artista consumada con giras mundiales con entradas agotadas en su haber. Su versión atmosférica de la Javanaise de Serge Gainsborough se utilizó en la banda sonora de la forma del agua, ganadora del Oscar, y sus innumerables elogios incluyen el codiciado premio al Artista Internacional del Año de la BBC.

La sed de Madeleine por la exploración creativa no se desvanece y su disposición para enfrentar desafíos creativos sigue siendo tan sólida ahora como lo fue hace tres décadas.

Con entrañable pasión y gran curiosidad, la imparable virtuosa que desafía a los géneros continúa su búsqueda del bien y examina la vida con la atesorada creencia de William Congreve de que la música tiene encantos para calmar a la bestia salvaje.

"Peyroux tiene un talento tremendo y es casi totalmente intuitiva", reflexiona Larry Klein, "tiene la capacidad de captar la magia. Cuando ella canta y toca su guitarra, suceden grandes cosas».