Cuatro personas aisladas socialmente habitan una casa pequeña junto al mar. La convivencia, complicada y exasperante, les obliga a enfrentarse a sus manías, miedos e inseguridades, con la esperanza de encontrar una salida, un futuro, a una situación claustrofóbica. El anciano Hamm, confinado en silla de ruedas, se ve obligado a soportar a sus irritantes padres, Nagg y Nell, ambos carentes de piernas y atrapados en sendos cubos de basura. Mientras, el sirviente Clov, que es incapaz de sentarse, sobrelleva con hartazgo la carga de cuidar de los tres

Como sucede cada día, Clov no para quieto y se vuelca en las tareas domésticas, añorando liberarse de esta situación. Hamm dedica sus pensamientos a sus desdichas y las de sus padres, cuando sus progenitores se enzarzan en la enésima discusión, si bien en esta ocasión da pie a que recuerden momentos felices de su vida, antes de que perdieran las piernas en un accidente de bici.

Nell muere mientras los demás prosiguen el desarrollo de la conversación sin percatarse. Ahora Hamm reflexiona sobre sus complicadas relaciones con los demás. Pide un tranquilizante a Clov, pero se han terminado. Entonces agradece la labor de su sirviente y le dice que ya puede marcharse. Instantes después, Clov sigue presente. Sin embargo, Hamm siente que se ha quedado completamente solo.