A Sandra le gustan las revistas, el dulce y los árboles. Nació en Europa, de raíces asiáticas, pero vivió 25 años en Buenos Aires. Sandra es pelirroja y el 14 de febrero cumple 35 años. Cecilia es morena, con una barbita canosa. Tiene unos 30 años y pasó gran parte de su vida en Mendoza. Ellas nunca van a conocerse en "persona", pero sus destinos estarán vinculados para siempre en la historia de la humanidad.

La larga lucha legal por sacar a la orangutana Sandra de su cautiverio, otorgándole derechos de persona no humana, abrió la puerta para que otros animales, como la chimpancé Cecilia, puedan ser liberados de una vida entre rejas y pasar el resto de sus días en entornos más respetuosos con sus necesidades.