El interés de los viajeros por Peñíscola aumenta año tras año. Cada vez son más las personas que escogen la Ciudad en el Mar para pasar un fin de semana, sea cual sea la estación. Sin embargo, si existe un periodo en el que la popularidad de este destino castellonense se hace especialmente visible es en Semana Santa

La intensa programación religiosa y su singularidad hacen del municipio marinero el lugar favorito para muchos turistas, tanto nacionales como internacionales. De hecho, la agrupación de empresarios turísticos de Peñíscola, Agretur, maneja unas previsiones de ocupación para estos días del 85%, rozando los días 29 y 30, el 100%, y el 80%, los días previos y posteriores

Peñíscola de cine.

Peñíscola de cine.

Las temperaturas suaves que registra la provincia durante esta época, unidas a la proliferación de bares y restaurantes que reabren tras el invierno, son los aliados perfectos para vivir días de cine en Semana Santa. Peñíscola siempre es una apuesta segura para disfrutar en familia, en pareja, con amigos e incluso en solitario. Sus infinitas playas de arena fina, el entorno natural y las calas de la Serra d’Irta, unidos a su singular patrimonio arquitectónico, no dejan indiferente a quien la visita. 

Peñíscola, tu destino de cine.

Peñíscola, tu destino de cine.

Visitas guiadas

Quienes visiten Peñíscola durante estos días festivos pueden conocerla en profundidad gracias a las visitas guiadas temáticas y gratuitas. El área de Turismo del Ayuntamiento ha programado una serie de recorridos guiados por la ciudadela, que solamente requieren inscripción previa en la oficina Tourist Info del paseo Marítimo. Esta actividad es un gran reclamo turístico y permite conocer Peñíscola desde el punto de vista histórico y el cinematográfico

Las visitas guiadas de temática histórica se realizarán los días 30 y 31 de marzo, a las 19.00 h, mientras que las de Peñíscola de Cine tendrán lugar el 28 y 29 de marzo y el 1 de abril, a las 11.00 horas. 

Las visitas guiadas gratuitas descubren la historia de la Ciudad en el Mar. BOIX

Los tours por el patrimonio histórico ofrecen un itinerario en el que se narra el papel fundamental de la península amurallada a lo largo de los años, así como los lazos que la unen a la Orden del Temple o a Pedro de Luna, más conocido como Benedicto XIII o Papa Luna. A través de esta actividad, los visitantes se sumergen en la historia de Peñíscola a través de algunos de sus enclaves más icónicos, como el portal de Sant Pere, la romántica plaza del Faro o las inmediaciones del castillo, entre otros. Por su parte, las visitas por la Peñíscola de Cine muestran la condición de ciudad-plató del destino y la estrecha relación que mantiene con los rodajes. Peñíscola ha despertado en quienes la visitan un interés especial en los últimos años, gracias a haber acogido rodajes de producciones tan importantes como Juego de TronosEl CidCalabuchEl Ministerio del Tiempo o Chiringuito de Pepe

A través de esta ruta, los amantes del séptimo arte y el público en general pueden conocer in situ platós reales de cine, como la plaza de Santa María, el portal Fosc, el puerto pesquero, el paseo de Ronda o la rampa de Felipe II.

Atractivo gastronómico

El encanto de la villa marinera aumenta al perderse por el entramado de calles de su ciudadela histórica, al disfrutar de la inmensidad del mar desde sus miradores y degustar la gastronomía auténtica de la zona.

Algunas de las elaboraciones de platos más buscadas, por su autenticidad y tradición, son los arroces, las fideuás, los all i pebres de rape o pulpo, así como los típicos pastissets dulces de boniato, cabello de ángel o chocolate

Otro de los imperdibles de la mesa peñiscolana es la Tissana del Papa Luna, la infusión de receta medieval que combina hierbas y bayas medicinales entre las que se incluyen el coriandro, hinojo o comino.

El casco antiguo de Peñíscola esconde tesoros únicos y vistas espectaculares.  BOIX

Callejear sin rumbo

Para los amantes de los rincones con encanto y de los paseos sin rumbo, el corazón de la ciudad amurallada constituye uno de los atractivos que no pueden faltar en la lista. El casco antiguo de la localidad alberga tesoros únicos, como el Castillo del Papa Luna, el fotogénico faro, la Casa de las Conchas, el insólito bufador, el parque de Artillería o los múltiples balcones con vistas panorámicas al Mediterráneo.

En este sentido la Ciudad en el Mar ofrece al visitante un viaje a la historia desde sus bellos enclaves y rincones, que han permanecido en el tiempo hasta nuestros días. El patrimonio cultural y arquitectónico de Peñíscola va más allá de la reconocible silueta de la población, motivo por el cual fue declarada en 1972 Conjunto Histórico-Artístico en base a la colección de valores patrimoniales que la integran.

Fortaleza

Las murallas de la ciudadela fueron construidas en diferentes épocas, dando forma a la fortaleza inexpugnable adaptada a la orografía, que aún se conserva como testigo de todas ellas. En ellas pueden distinguirse tres zonas. Las fortificaciones de la cara este, situadas sobre el acantilado, van desde la batería baja del Maset hasta el conocido Bufador. Estas incluyen intervenciones del siglo XVIII superpuestas a las ya existentes medievales.

En las caras oeste y norte, la fortificación es de origen renacentista y supone la vista frontal desde la playa Norte, abarcando desde el baluarte Santa María hasta el parque de Artillería, en la falda del Castillo del Papa Luna. Por último, la fachada suroeste es una muralla medieval que discurre desde el fortín del Bonete hasta la batería de Santa Ana.

Uno de los accesos a la ciudad amurallada es el portal de Sant Pere, cuya construcción fue ordenada por el Papa Luna, en el siglo XV, para que funcionara como un nuevo acceso por mar y creando así un embarcadero. Al construirse el puerto, hace ahora 100 años, se convirtió en acceso terrestre al recinto. En el portal puede todavía verse el escudo de Benedicto XIII y la época de construcción del mismo coincide con la de la muralla de la Fuente, que va desde este acceso hasta la Batería de Santa Ana, sobre el manantial de la Font de Dins.

El castillo de Peñíscola está emplazado en la zona más alta del peñón de roca, alcanzando una altura de 64 metros sobre el nivel del mar. MEDITERRÁNEO

Castillo

El castillo está emplazado en la zona más alta del peñón de roca, alcanzando una altura de 64 metros sobre el nivel del mar. Con un perímetro de más de 200 metros y una altura media de 20, los Templarios fueron los artífices de esta obra románica construida entre 1294 y 1307 sobre los restos de la antigua alcazaba árabe.

Tras los templarios llegó Pedro de Luna (Benedicto XIII), quien realizó algunas modificaciones para convertirlo en un auténtico palacio papal. En todo el conjunto son protagonistas la robustez y la sobriedad, tanto en las estancias templarias como en los enclaves estratégicos. Del castillo destaca la biblioteca, considerada una de las mejores del mundo en la época.

Ni los bombardeos, ni las múltiples guerras y asedios consiguieron alterar la conformación del castillo, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931 y cedido, por orden ministerial, en 1957 a la diputación de Castellón.

La edificación actual del faro data del 1892 y está situado junto a la entrada del castillo templario.  ALBA BOIX

El faro

Sus inmediaciones, su conservación y su atractivo cinematográfico convierten al faro de Peñíscola en uno de los imprescindibles del litoral español. Su señal luminosa alcanza los 65 kilómetros. La edificación actual data del 1892 y está situado junto a la entrada del castillo templario, formando un amplio y alto balcón al mar desde el que contemplar la inmensidad del Mediterráneo.

Las instalaciones del Museu de la Mar están certificadas como Centro Azul y acogen una exposición permanente formada por maquetas de naves, documentos, medios audiovisuales y piezas únicas. ALBA BOIX

Museu de la Mar

El patrimonio cultural marinero de Peñíscola ha sido tal que en la década de los 90 nació el Museu de la Mar. El espacio se emplaza en las antiguas escuelas del pueblo, conocidas como Les Costures. Está ubicado en el baluarte del Príncipe, la muralla del este del Peñón. Cuando las escuelas se trasladaron en 1969, el edificio quedó en estado de abandono, pero fue nuevamente restaurado a partir de 1993.

Actualmente, las instalaciones del Museu de la Mar están certificadas como Centro Azul y acogen una exposición permanente formada por maquetas de naves, documentos, medios audiovisuales y piezas únicas. El museo se divide en tres secciones: la de historia y arqueología, la de pesca y la de fauna marina.

El ermitorio de la Virgen de Ermitana es el epicentro de la profunda devoción hacia su patrona por parte de los vecinos de Peñíscola. ALBA BOIX

Ermitana

Asimismo, otra de sus joyas es el ermitorio de la Virgen de Ermitana, para la ciudadanía peñiscolana, el epicentro de la profunda devoción hacia su patrona. Esta iglesia fue construida en torno a una antigua capilla justo al lado de la fortaleza, la cual sirvió para darle un toque religioso al castillo.

En su fachada se observa el escudo del rey Felipe V, quien quiso dejar esta huella durante la construcción del templo. Este santuario es el hogar de la patrona de Peñíscola.

La devoción por la Mare de Déu de l’Ermitana es muy antigua, tanto que sus fiestas patronales han sido declaradas de Interés Turístico Nacional. Cada año, cientos de personas celebran esta gran festividad y acuden a este templo a venerar su imagen.