El mismo día que la parodia de la Virgen del Rocío en el 'Està passant' de TV-3 ha llegado al Parlamento andaluz, donde el consejero de la Presidencia ha calificado de "indignante" el 'gag', el programa 'Polònia' ha querido dar una respuesta definitiva para zanjar la polémica. El 'show' humorístico del que también está al cargo Toni Soler ha comenzado la edición de este jueves con un 'sketch' en el que ha habido caricaturas de todas las religiones: católica, musulmana y budista, con Moreneta incluida y reaparición de la virgen que ha estado en el ojo del huracán estos días.

El 'gag' está protagonizado por el clon polaco del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla (interpretado por Pep Plaza), quejándose de la caracterización de la Virgen del Rocío y considerándola como "algo muy grave" y "una falta de respeto". "Con la Moreneta no es vais a reír, no", afirma, mientras la virgen (Judit Martín) llora en plató al verse vista envuelta en este embrollo.

Ahí hace su irrupción precisamente la Virgen de Montserrat (Eva Ortega), justificando que a ella la habían sacado muchas veces en 'Polònia'. Y luego es el turno del Dalai Lama (Miquel Simó), pidiendo lamerle la lengua al bebé de la Moreneta, aludiendo así a la polémica de la que ha sido protagonista estos días con un niño de por medio.

"Mucho ofendidito"

"Con la Moreneta sí, con los budistas también, pero ¿y con los musulmanes, con esos no hay huevos de hacer caricatura?", alega entonces el presidente andaluz, justo antes de que entre el "imán de guardia" para recriminar a las dos vírgenes allí presentes que van demasiado destapadas y exigirles que se pongan un burka.

Una integrante del equipo de 'Polònia' invita entonces a Moreno Bonilla a que haga una caricatura de Mahoma, si se atreve. Él duda y al final declina la oferta porque "allá no tienen sentido del humor". "Hoy en día no puede hacerse chistes de nada, hay mucho ofendidito", concluye, antes de anunciar el inicio del programa.

Esta semana, TV-3 ya había justificado el 'sketch' de 'Està passant' argumentando que la sátira es un “síntoma de salud democrática". Por su parte, Toni Soler atribuyó la polémica al "electoralismo".