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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Cuando en ‘Gran Hermano’ dejaban fumar

Ismael Beiro, ganador del primer G.H.

Aprieta el acelerador Tele 5 promocionando el regreso (el próximo jueves) de la ‘ratomaquia Gran Hermano. Ha estado esta cadena unos cuantos años agazapada, manteniendo este programa en el congelador, esperando que el incendio que ellos mismos provocaron con la agresión sexual a Carlota Prado (2017) se dilucidase en los tribunales. Mediaset ha salido de rositas. Es la plataforma que impulsó aquel abuso sexual, y ni siquiera ha sido encausada.

El domingo en el programa ‘Fiesta’ sacaron a Ismael Beiro, el ganador del primer ‘Gran Hermano’. Recordó con alegría aquella primavera del año 2000, cuando él y otros nueve concursantes, criaturas jóvenes, humildes, corrientes y molientes, fueron encerrados en una jaula en Guadalix, rodeados de cámaras. Ni ellos ni nosotros –la audiencia– sabíamos nada de esa forma de hacer televisión.

En ese inicio había mucha ingenuidad. A los fumadores incluso les proporcionaban tabaco, para que el síndrome de abstinencia no les excitase más. Se pasaban el día jugando para entretener la holganza. Un concursante muy divertido, Israel Pita, de Orense, amenizaba las veladas recitando pareados. "Más vale pájaro en mano que almorranas en el ano" fue uno de sus versos más celebrados. Y Merceditas Milà, maravillada, creía que estaba inaugurando un experimento sociológico colosal. En realidad hacía de Flautista de Hamelín de cercanías, ahogando ratoncitos en una nueva forma de actividad laboral: el exhibicionismo de la intimidad alterada. En las siguientes ediciones, la alteración de lo íntimo fue aumentando. Les desquiciaban para conseguir más espectáculo. Hasta que acabó estallando el caso Carlota, después de una noche en que les proporcionaron alcohol a punta pala.

Mientras escribo estas líneas veo en la tele la manifestación de la Diada. El seguimiento de TV-3 discurre en clave informativa. Ya no son ‘hooligans’. Lo celebro una barbaridad. Decía Toni Soler el viernes en ‘Està passant’ que ha sido una buena idea que acabe la manifestación en la Plaça d’Espanya. Decía que esta plaza en realidad es una rotonda en la que solo puedes dar vueltas en círculo y siempre estás en el mismo lugar. ¡Ah! En aquella primera ‘ratomaquia’ de Ismael Beiro les pusieron una cinta estática para que tuvieran la sensación de que caminaban y que iban a alguna parte. Y no salían de la jaula.

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