La construcción de toneles de madera está documentada desde principios de nuestra era, un invento atribuido a la civilización celta en los que se almacenaba y transportaba cerveza, además de todo tipo imaginable de mercancías. Los romanos fueron difundiendo su uso en detrimento de las ánforas de terracota, más frágiles y pesadas. Durante siglos el envase de madera fue el preferido por el transporte marítimo, de ahí que se denomine tonelaje a la carga máxima que puede soportar una nave.

Hasta que el acero inoxidable sustituyera a los toneles para hacer cerveza a partir de los años 20 éstos se pintaban en su interior para que no transmitieran aromas y sabores, tanto los propios de la madera como los producidos por la dificultad de su asepsia. En Europa quedan reminiscencias de otras épocas con cervezas lambic belgas, así como algunas británicas y alemanas ahumadas pero, como tantas otras cosas, la actual moda de las cervezas envejecidas en barrica viene de Estados Unidos de América, donde la producción total de las micro cerveceras es importante. En los toneles se pierde gran parte del gas carbónico natural por lo que con posterioridad, o se provoca una segunda fermentación en botella, o se incorporará CO2 exógeno antes de embotellar, aunque también se puede utilizar nitrógeno.

El éxito de este tipo de cervezas entre los aficionados ha hecho que grandes cerveceras productoras de marcas industriales hayan incorporado a su oferta un producto de este tipo. Además del calificativo «barred aged», envejecida en barrica, también podemos encontrar expresiones como «oak aged» o «wood aged», lo que significa que esa cerveza ha estado en contacto con maderas de robles o de cualquier otro tipo, ya sean virutas o listones con diferentes grados de tostado.

Pero el enólogo Rubén Granado nos asegura que el efecto conseguido con estos aditivos a base de maderas «es muy pasajero, con la misma rapidez con la que se incorporan los aromas y sabores éstos se van, no se puede comparar con los matices conseguidos con la lenta micro oxigenación a través del poro de las barricas». Manuel Fuentes, maestro cervecero de la valenciana Compañía Cervecera Zeta, acaba de presentar una American Barley Wine con 6 meses de envejecimiento en barricas de roble americano usadas por Bodegas Coviñas para vino tinto de Bobal. My Name Was Barack es de color rojizo, con moderada formación de espuma. Aroma a maltas tostadas, a corteza de pan integral, recuerdos especiados a vainilla y clavo, con notas herbáceas y florales. En boca es de cuerpo medio, seca, con un final amargo muy largo. Una cerveza para tomar como copa, a pequeños tragos, para la reflexión, o para alargar la noche.