i hablásemos de fútbol diríamos que Fernando Tarín es un hombre de club. De origen chestano, se formó en enología en el primer tramo de la década de los 80, y su primera experiencia profesional terminó siendo la definitiva por allá por 1989, cuando entró a trabajar como enólogo en la entonces Cooperativa de Cheste (hoy Reymos-Anecoop Bodegas), donde continúa ejerciendo como responsable técnico a punto de cumplir los 51 (celebra mañana su cumpleaños).

Tarín es de esos enólogos silenciosos, que ceden todo el protagonismo a la uva pese a sus logros profesionales. Bajo su dirección, Cheste Agraria lanzó hace ahora dos décadas los «Reymos», espumosos naturales hechos con uvas de Moscatel bajo la técnica Charmat de segunda fermentación en depósito. Fue, por decirlo de algún modo, quien le puso burbujas al Moscatel, ya que si bien se habían desarrollado previamente algunos proyectos similares, no fue hasta la llegada de los «Reymos» cuando los consumidores se interesaron por estos espumosos de forma masiva. A fecha de hoy, la gama «Reymos» (y otras colecciones de espumosos de Moscatel) se ha convertido en todo un referente, comercializando varios millones de botellas al año. Con todo, Fernando recuerda que los inicios «fueron difíciles, porque las primeras pruebas no eran especialmente alentadoras. Pero nosotros creíamos ciegamente en el proyecto y seguimos ajustando los parámetros de elaboración hasta que dimos con un producto que 20 años después sigue siendo todo un éxito».

Aunque reconoce sentirse «cómodo» elaborando espumosos, Tarín también apuesta por otro tipo de vinos. Reconoce sentirse muy identificado con el «Sol de Reymos» -una mistela poco convencional con una riqueza de matices que le hacen diferente al resto-, y sigue trabajando en otros proyectos para elaborar vinos de Moscatel más profundos y maduros. «El caso -comenta Fernando- es que no debemos encasillarnos en un determinado producto. Técnicamente pienso que la Moscatel es una uva muy versátil, que soporta muchos tipos de vinificación, y nosotros en Cheste tenemos uvas de extraordinaria calidad para hacer vinos especiales».

Justo antes de declararse la alerta sanitaria provocada por el coronavirus, la Asociación Valenciana de Enólogos (AVE) había comunicado a Tarín su nombramiento como «Mejor enólogo del Año», cuya gala de entrega se iba a realizar a finales de marzo coincidiendo con la asamblea anual del organismo. Ahora la AVE ha decidido dejar desierto el premio este año, ya que, según el presidente de la Asociación, Juan Clemente, «con todo lo que está pasando hemos pensado que lo mejor es dejar el año en blanco, pero ya se ha decidido que el título de enólogo del año en 2021 sea para Fernando». Un justo reconocimiento para un profesional que ha hecho del Moscatel casi una forma de vida.