La innovación forma parte del progreso en las sociedades modernas. Así pues, podemos encontrar la aplicación de procesos innovadores y rompedores en cualquier sector económico.

En este punto, el sector vitivinícola no podía ser menos y, desde hace años, trabaja por innovar en el producto, desde la materia prima hasta los procesos de elaboración; además, muchas bodegas han querido ir más allá del producto y han apostado por la innovación en el modelo de negocio.

Este último es el caso de Bodegas Arráez, que se ha posicionado como una de las firmas vitivinícolas valencianas más innovadoras, tanto en la concepción de sus vinos como en su puesta en escena. De la mano del enólogo Toni Arráez, la bodega de La Font de la Figuera ha creado un concepto vitivinícola basado en una imagen que podríamos considerar ‘canalla’ y en una filosofía que pasa por democratizar el vino de calidad entre perfiles de consumidores que, hasta ahora, no mostraban interés por este sector.

Dar visibilidad al enólogo

Tras consolidarse en el ámbito nacional e internacional durante los últimos 70 años -gracias a propuestas como Mala Vida, Vividor, Bala Perdida, Cava Sutra o Vivir sin Dormir-, Arráez entendió que era momento de dar visibilidad al enólogo que lleva dentro. 

Formado en la Escuela de Enología de Requena y con experiencia contrastada en diferentes zonas del país, Toni siempre ha tenido una sensibilidad especial respecto al terruño como punto de partida para producir vinos de calidad. 

Así pues, durante los últimos años se ha empeñado en recuperar viejas parcelas familiares ubicadas en zonas de enorme riqueza en Terres dels Alforins, en las que variedades autóctonas como Verdil, Arcos o Malvasía tienen un notable peso específico.

Los Arráez

La gama Los Arráez es el resultado de un proyecto argumentado en variedades muy poco extendidas. Aunque sin renunciar a la estética ‘canalla’ –sello de la casa– en su imagen externa, lo cierto es que ‘Los Arráez’ aúnan tradición y atrevimiento a partir de seis vinos con carácter propio. 

La gama Los Arráez aúnan tradición y atrevimientos en una colección de seis vinos. ED

El primero es una apuesta por las uvas autóctonas (en este caso la blanca Verdil) en un blanco de autor criado sobre lías; el segundo es un guiño a la tradición familiar (mantiene el nombre de uno de los tintos que han acompañado a la bodega durante décadas, ‘Lagares’) y está hecho con uvas de Monastrell y Cabernet Sauvignon; el tercero, ‘Parcela 0’, representa el compromiso con el terruño que se elabora con una selección de las mejores parcelas que controlan en la zona; por su parte, los monovarietales de Malvasía Syrah y Arcos completan hasta el momento una gama muy bien definida con producciones limitadas que en algunos casos no superan las 3.000 unidades para un proyecto que nace para situarse en lo alto de la pirámide de productos de Bodegas Arráez

A pesar de su imagen “transgresora”, Los Arráez son unos vinos puros y comprometidos, delicados, expresivos, sápidos, frescos y mediterráneos que retratan de manera fehaciente la singularidad de un paisaje, el de Terres dels Alforins, estrechamente vinculado a la vid y el vino desde tiempos de los íberos.

Mala Vida

Al margen de esta colección de vinos, hay una etiqueta que ha marcado el devenir de la familia Arráez desde hace poco más de una década. Se trata de Mala Vida, un sello que en la actualidad se presenta en dos versiones: un tinto elaborado con uvas de Monastrell, Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon con ocho meses de crianza en barrica de roble; y un blanco de Moscatel, Merseguera y Verdil. 

Alrededor de esta marca, Toni Arráez ha construido una interesante colección de vinos que representan todo el potencial del arco mediterráneo.

La Madriguera

Hace apenas unos meses, la bodega de La Font de la Figuera presentó su último proyecto en torno a las uvas autóctonas valencianas. Se trata de la gama La Madriguera, una línea de vinos formada por dos referencias: un blanco elaborado con uvas de la variedad Merseguera y un tinto producido a partir de uvas seleccionadas de Monastrell. 

Las nuevas instalaciones de Bodegas Arráez se ubican en un paraje rodeado de viñedos. ED

La Madriguera es el primer sello que nace de las nuevas instalaciones de Bodegas Arráez, una bodega ubicada a las afueras del término municipal, en un paraje rodeado de viñedos. En esa nueva bodega, hay un lugar muy especial al que los Arráez llaman la madriguera, porque está bajo tierra y está diseñado para proteger sus vinos mientras esperan su mejor momento para salir al mercado.