L os días tras mi primera experiencia olímpica van pasando y ahora, ya con un tiempo de espacio para pensar, veo las cosas diferentes. Al principio solo pensaba en que había perdido una gran oportunidad tras caer en mi segundo combate, pero ahora estoy muy contenta de haber podido vivir Río con todo el equipo español, así como con mi marido Sugoi Uriarte que también competía en judo como yo.

Cada modalidad deportiva es un mundo y, aunque cada uno tiene la cabeza en lo suyo es muy curioso ver deportes de equipo, otras formas de bajar peso, la concentración de otros deportes...es una experiencia que en mi caso me ha traído mil quebraderos de cabeza por conseguir estar allí, pero el balance es que SI merece la pena.

El día de la competición lo afronté, la verdad, con pocos nervios. La clasificación para estar ahí había sido tan dura, y tras tantos años de esfuerzo, que estaba más motivada que nerviosa. Sí estaba más preocupada por Sugoi que se había lesionado dos días antes de salir hacia Brasil y no sabíamos cómo iba a llegar.

Al final, sentí pena por perder la oportunidad, pero me marché orgullosa del trabajo de todo el equipo y de los que nos han apoyado como el proyecto FER y la federación Valenciana. Ahora toca recuperarse y pensar en la próxima meta, el campeonato de Europa de clubs en el que participo con el Valencia Club de Judo.