La palista española Teresa Portela se colgó este martes en los Juegos Olímpicos de Tokio una histórica medalla de plata en el K1 200, la primera que consigue tras haber participado en seis Olimpiadas, fruto del trabajo duro y una perseverancia mantenida durante décadas.

"Han pasado 20 años desde los primeros Juegos, pero mira, nunca es tarde y es (una medalla) muy bien recibida. Estoy muy, muy contenta", dijo la deportista gallega tras la final.

Llegó tan justa que el jurado se tuvo que tomar su tiempo hasta determinar la posición de la palista, que en un primer momento no figuró como medallista.

"Igual era mi cabeza o mi corazón, yo llegué pensando que era segunda, ya ves tú qué ojo tengo", contó Portela sobre sus pensamientos en la meta.

"Grité por toda la tensión de todos estos días, de soltar ahí todo lo que tenía", explicó la palista, que cuando no se vio entre las primeras posiciones tras la regata seguía sintiéndose "bien igualmente", porque fue todo el tiempo "muy conectada a la grada".

Portela, cuarta en Londres 2012 y sexta en Río 2016, se clasificó para la final de Tokio horas antes en unas semifinales en las que consiguió un ajustado pase tras terminar cuarta y con un idéntico tiempo al de la sueca Linnea Stensils.

Fueron nueve las mujeres que participaron en la final; suyo fue el último canal, el noveno, que manejó con su veterana maestría.

La española firmó un tiempo de 38.883 segundos, 0.763 por detrás de la neozelandesa Lisa Carrington, reina de esta prueba, que consiguió su tercer oro consecutivo en la disciplina tras los que obtuvo en los Juegos de Río de Janeiro en 2016 y en Londres 2012.

El bronce fue a parar a la danesa Emma Aastrand Jorgensen, plata en Río en la categoría K1 de 500 metros.

La de Cangas, que dio a la delegación española su octava medalla, dijo ser consciente de que ella y sus rivales están todas "muy igualadas", a excepción de Carrington, "que es la que gana y está un poquito por encima" y marcó con su actuación de hoy un nuevo mejor tiempo olímpico, pero no deja que eso la distraiga.

La clave, dice, es el entrenamiento y también que se den las condiciones propicias en el momento y el día adecuado. "Y está vez salió, así que estoy muy, muy contenta", dijo la española.

La palista vio así cumplido un sueño que se había imaginado en múltiples ocasiones, el de "poder subir a ese podio y sentir el tener una medalla olímpica".

Sextos Juegos Olímpicos

"Vine aquí sintiendo que estaba viviendo algo muy grande, porque era el poder estar en los sextos Juegos", explicó la deportista, que buscó en todo momento "disfrutar cada serie, cada eliminatoria, dar lo mejor e mí y plasmar todo ese entrenamiento que había hecho y sentir que sí que podía conseguir esa medalla", que ya es suya.