El calentamiento global del planeta durante el siglo XX es uno de los efectos del cambio climático constatado por los meteorólogos, sin embargo, la evolución del patrón de precipitaciones resulta más imprevisible. Expertos del Instituto Nacional de Meteorología destacan el continuo aumento de la variabilidad de las lluvias a lo largo de las últimas décadas del pasado siglo en el sureste de la península Ibérica. Esta situación es preocupante ya que significa que los períodos entre grandes sequías y precipitaciones torrenciales se van acortando, con lo que los procesos de erosión y desertización de suelos, por la pérdida de materia fértil, se pueden acelerar.

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