La temporada veraniega ha quedado abierta —no tanto por las altas temperaturas que ya se han registrado hace una semana y la asistencia de los usuarios, para broncearse y tomar el baño— sino por el rifi-rafe entre el Ayuntamiento de Valencia y el Gobierno de España, por un quítame allá unos metros de terrazas. La cosa ha venido ya reflejada en los medios y ha merecido una liturgia de paella solar, como no podía ser menos. Cuando en los asuntos valencianos se mete la política, siempre hay paella gratis y colectiva. Panem et circenses.

El Paseo Marítimo de Valencia, tal como lo realizó el Ayuntamiento de Valencia, tras años de ir Clementina Ródenas a pedir, fue una realización en la que se implicó Guerra. Y luego, tras la llegada de la nueva corporación-tenaza del PP y UV, González Lizondo fue el primero en aprovecharlo en su campaña para las europeas, coaligado con el PNV, cosas veredes. Él le sacó así partido a la cara marítima, sin haber ni impulsado ni apechugado. Paradojas.

Es curioso que en el proyecto los restaurantes iban a tener sólo la planta baja sin un piso arriba. Pero el constructor generoso lo hizo con una altura de más y el ayuntamiento no ordenó su demolición y tampoco Costas, no sé el cemento de dónde salía. O si alguien ponía la cara y el sobre (cualquier cosa es presumible ante el milagro tangible).

Todo ha prescrito y todos han sido felices, como en los cuentos. Y hasta ahora comían perdices. Pero ahora Costas quiere que algunos derriben los metros de terraza ilegal que han añadido, apropiándose de suelo público. Rita Barberá no es de este parecer y cree que la obra realizada, al buen tuntún, ha de permanecer y santas pascuas, lo que no deja de asombrarme en una corporación municipal con las arcas vacías, endeudada hasta el tuétano y que les ha dicho a los barrios que para el próximo año «no hay nada». A eso se llamar estimular la actividad, crear empleo e ilusionar.

Esa misma semana, tan extraordinaria en discusiones e insultos, la alcaldesa se alarmó ante el decreto del Gobierno que iba a impedir que se solicitaran créditos a largo plazo, y tras contestarlo, al día siguiente había pedido ya 31 millones de euros para la Copa del América, para el suizo, supongo, no para lo funcionarios ni para pagar atrasos a los proveedores (lleva deudas de 2 años que son ridículas y a Cotino le debe más, una deuda que ha crecido y se ha multiplicado hasta llegar a 3 millones de euros, como una lotería).

Lo de Costas (no de los Hermanos de la Costa ni los Costa de Castelló) podría tener un arreglo. La terraza ilegal se arranca, aunque la multa reglamentaria por hacer obras ilegales, puede quedar en suspenso, y se añade cada verano un poco de terraza de quita y pon de madera, como antes, sin suponer concesión ninguna ni derecho, que luego acaban apropiándose unos pocos de lo que es de todos, y bastante tuvieron con la gracia que les hizo UV al darles los bares en primera línea, y si no les costó ningún sobre yo les doy la enhorabuena y si lo pagaron, pues ya prescribió el presunto delito de cohecho. ¿No debieran quedar todos contentos con tanta vista gorda?

Y si lo que estamos pensando es en dar facilidades cara a esta temporada de crisis, pues que se permita a parados, y en especial empresarios autónomos de hostelería acreditados y que han cerrado, poner terrazas de quita y pon, en la misma línea, y sin que sirva de precedente, para salvar la temporada y que coman todos ¿no? Igualdad, fraternidad, libertad y aumento del servicio.

E incluso puestos a ser generosos, todo el puerto deportivo que está muerto, y no de risa, puede ser el espacio ideal, para que estas familias que están a la intemperie monten un chiringuito y estos 3 o 4 meses de verano, disfruten todos. Eso sí, nada de trampa, nada de dárselo a los amigos como la discoteca en los Docks. Eso sí que clama al cielo. Eso sí que es desaprovechar la infraestructura que ha costado cientos de millones de euros. Y además, sin eventos ¡Ay!. ¿No podrían representar Las corsarias que produjo «el Bigotes»? Animaría mucho la cosa, las chicas se saben la letra. Y el movimiento.