Queridos Reyes Magos: Hace apenas nada ha llegado la noche. Hace apenas nada, la luz, el color, estaba en los tejados de las casas, en las ramas de los árboles, en la ilusión del camino, en el recorrido de la mirada. La noche ha sido larga, muy larga, casi interminable. Pero mañana, cuando sus Majestades acudan a mi casa, quiero encontrarme con la ilusión y esperanza con las que cada año me ofrece el poder de vuestra magia. Ayer, deambulando por las calles, encontré perdida a una niña que lloraba. Pregunté por sus padres. Era la niña a quien Rajoy se refirió hace casi cuatro años. Me pidió con lágrimas en sus ojos que les escribiera esta carta.

Rey Melchor: Haced que los niños tengan igualdad de oportunidades, que se eduquen en una escuela pública y de calidad para ser futuros ciudadanos más libres, más iguales y más críticos. Su tutor no lo quiere. Le prometió una familia, una vivienda y unos padres con trabajo. Y él lo ha cumplido para si, tiene una familia vestida de azul, con trajes de Milano; una vivienda, la Moncloa, con amigos que han hecho muchas casas y son agraciados con muchos premios de lotería; y ellos tienen trabajo, hasta una tía manchega que gana casi un cuarto de millón de sueldo y tiene muchas ocupaciones.

Rey Gaspar: La oscuridad de la noche está hecha de largas sombras, de gestores sin principios, de regalos y corruptelas. La niña llora. Haced que la prioridad de las políticas sean las personas. Le han dicho que ayudar a las personas dependientes no es viable y que las mujeres maltratadas no tienen ayudas. La niña llora. No permitid que privaticen las prestaciones sanitarias, porque los recortes del gasto público no los aplicarán a la financiación ni de los bancos, ni de la Iglesia católica, ni de la enseñanza privada. Decidles, rey Gaspar, que el Gobierno puede ir pagando la deuda con los préstamos del Banco Central Europeo, sin dejar de priorizar el gasto social y reestructurar nuestro sector productivo.

Rey Baltasar: La noche de la crisis envuelve con su manto negro ciudades y pueblos. Las iglesias están iluminadas. Sentada en sus escalinatas, la niña llora. Quiero que Su Majestad le deje la esperanza de un futuro más democrático y más laico. El señor Rouco ha ofrecido, en estos tiempos difíciles, apoyo espiritual al señor Rajoy, solicitando aumentar a través de Cáritas los recursos económicos de la Iglesia. Me dice la niña que le cuente, rey Baltasar, que el 80 % de nuestro patrimonio artístico pertenece a la Iglesia, que es el primer terrateniente de nuestro país, que en ciudades como Burgos, Toledo, Ávila o Santiago, el 70 % del suelo habitable es de su propiedad, que tiene inversiones en bancos como Santander y BBVA y en empresas como Telefónica o Repsol. Hacedle caso a la niña, dice la verdad cuando cuenta que esa empresa llamada Iglesia recibe de las arcas públicas más de 3.300 millones de euros anuales. La niña está indignada.

Estimados Reyes Magos, sed generosos con la niña. Ella se ha portado bien, merece que la noche pase, que amanezca un futuro de progreso y esperanza.