Bendita sea la rama que al tronco sale», reza la popular canción española. Y este caso se ha dado por partida cuádruple en una saga de músicos valencianos que lleva ya su cuarta generación de expertos en el pentagrama y la batuta, y que ha tenido el reconocimiento al segundo de los filarmónicos, Rafael Martínez Coll, a cuyo recuerdo se rotuló una calle junto a la avenida del Primado Reig, ya que este destacado profesor de solfeo alcanzó gran popularidad y fue llamado cariñosamente «el músico del barrio del Carmen». Porque fue en dicho sector de la ciudad donde nació, hijo de Rafael Martínez Grancha, también destacado maestro musical, y padre de José Vicente Martínez y Martínez, que ha alcanzado la popularidad dirigiendo rondallas divulgadoras del folklore regional valenciano. Pero, tras estos tres continuadores de la música, hemos de destacar al cuarto representante, hijo de este último citado; se trata de Vicente Salvador Martínez Alpuente, quien en los últimos meses del pasado año dirigió —dentro del festival ZAR— la ópera Marina en el Teatro Principal, y que recientemente nos fue ofrecida por la televisión autonómica.

Este joven director, de 35 años de edad, ha alcanzado las mayores cimas en su carrera musical, que arrancó con la orquesta de la Universidad de Valencia y sucesivamente ha ido ampliando con un máster trienal en la academia de la Orquesta Sinfónica de Roma. Siguió su carrera con estudios ante Vladimir Ponkin en Rusia y en la Academia Chigiana de Siena. Luego, estudió junto al profesor George Pehilvanian, del que ha seguido como asistente. Su trayectoria fuera de las fronteras le ha servido para mostrar su capacidad en la propia Valencia, donde ha sido director artístico y titular de la Ensemble Orchestral y fue director artístico del Festival de Zarzuela de la Comunitat Valenciana. Hace cinco años y por dos temporadas fue director titular de la Orquesta Filarmónica de Valencia, y en su trayectoria aparecen programas de conciertos en la sala Belozerskikh, de San Pertersburgo, así como la dirección en conciertos en Siena, Armenia, Praga, Vicenza, Bahía Blanca, Bari, Taranto, Sofía y otros países, así como en la mayoría de escenarios de la C. Valenciana y otras autonomías españolas.

Pese a su juventud, el curriculum es extenso, y el proyecto es todavía más completo, pues en su programa próximo figuran la dirección de La Dolores en el Palau de la Música de Valencia y numerosos conciertos que dirigirá en varias provincias españolas, así como en Alemania, Italia, Grecia, Argentina, República Checa y otros. Son, pues, cuatro generaciones de impulso musical que irradiaron de Valencia y alcanzaron varios continentes. Y la familia sigue