Tras el paréntesis vacacional, Ifa, la Institución Ferial Alicantina, ha vuelto con nuevos bríos, y me quedo corto. Se ha abierto „en lo que a dependencias se refiere„ a dar cabida al salón erótico. Su presidente, cuando fue elegido en marzo para ponerse también al frente de la patronal provincial fijó ya la hoja de ruta: «Tenemos la responsabilidad de facilitar la vuelta a la creación de empresas y el desarrollo de espacios para que la actividad vuelva a tener pulso». La muestra elegida para el objetivo no puede ser más indicada. Es más, habrá que estar atentos a que algún que otro no se pase de pulsaciones. En la mismísima primavera, Moisés Jiménez resaltó que «necesitamos que vuelva a fluir el crédito al sistema productivo y al consumo privado». Efectivamente, si a la banca no le viene el flujo en la zona de lencería, ropa de cuero y estriptís, nos podemos dar ya por muertos. «No queda otra „prosiguió el máximo representante empresarial del sur de la Comunitat Valenciana„ que potenciar el crecimiento». Está claro que tenía en mente la muestra que se celebra este fin de semana. Aunque a más de uno en el entorno le salga sarpullido ante tamaña osadía, en las circunstancias actuales es evidente que hay que ir a por todas. Será curioso observar a los que en la vida se han acercado por aquellos pabellones, a pesar de tener el pase vip a su disposición, pasearse por los estands mirando a un lado y a otro por si alguien los ve. Un certamen en torno al cotilleo „aprovecho para poner mi granito„ también movería masas. El caso es mover lo que sea. Montse Iserte, la sexóloga oficial del salón, animaba en la víspera de la inauguración a que nos grabáramos haciendo nuestras cositas. Decía la experta: «Seamos sinceros, ¿a quién no le despierta el morbo poder ver sus propias hazañas sexuales en una grabación a la que recurrir más adelante como fuente de excitación?». Tampoco tentemos a la suerte.