El reconcejal de Educación de Valencia, Emilio del Toro (ya fue y ha vuelto al cargo), se ha encontrado en las primeras horas de su nuevo mandato con el marrón de ver a unos padres y madres brocha en mano y aguaplast en espátula reparando los baños del colegio público Pare Català de la capital. La «colla» de improvisados albañiles usó la llave del centro que tenía la asociación de padres y se coló en la escuela al grito de «Esta casa es una ruina». Dice el concejal que las reparaciones necesarias ya estaban previstas por el ayuntamiento, competente en materia de mantenimiento de los centros, y a falta de argumentos más sólidos alega que los yesaires tendrán que certificar que la pintura que han extendido en las paredes no es tóxica para la comunidad educativa. Ahora va a resultar que Educación ofrece más garantías de seguridad a los niños que sus propios padres. ¡Hombre, podría haber dicho otra cosa, o callar, o mejor aún, encargar una revisión general de los colegios.