La aseguradora DKW, en colaboración con la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y Panasonic, acaba de publicar el cuarto informe del observatorio sobre salud y medioambiente bajo el título genérico de «Una guía para una vida más saludable y sostenible». El documento facilita a los ciudadanos la toma de decisiones, al hacer un repaso a distintas iniciativas colectivas ( y también individuales) orientadas a minimizar el impacto ecológico de la actividad diaria de las personas. Leyéndolo es fácil adivinar lo que se viene encima con el cambio climático al tiempo que se aprenden eso que otros llaman «pequeños gestos» que en este caso no salvan al Planeta, aunque también, sino a la personas que lo habitan. Dentro del primer apartado„lo que se nos viene encima„ el informe incluye un apartado específico que titula «El cambio climático también afecta a la salud». Dirán entonces que el título del artículo es «alarmista» pero basta que cambien el escenario descrito, el del mundo que llamamos «civilizado», por el del tercer mundo o el de los países en vías de desarrollo y se convencerán de que el cambio climático mata... está matando. Así ocurre ya con el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, que incluyen la mayor intensidad y frecuencia de las olas de calor o de los desastres naturales como inundaciones y huracanes. En el primer caso todavía está reciente la ola de calor de 2003, que causó 70.000 muertes adicionales en Europa. Ocurrió en países desarrollados, si, pero afectó especialmente a los mas pobres, a ese tercer mundo incrustado en el primero. Los desastres naturales, y el tifón «Hayian» en Filipinas es un buen ejemplo, provocan una mortalidad directa asociada al propio desastre y una sobrevenida por la destrucción del hábitat, el incremento de la pobreza o la desaparición de los precarios sistemas de salud. Lo mismo cabría decir de los cambios en patrones de temperaturas y precipitaciones que han traído un aumento de las áreas afectadas por enfermedades como el dengue o el paludismo, el incremento de otras enfermedades transmisibles por el agua o los alimentos o un aumento de la malnutrición y diarreas. Lo crean o no, el cambio climático mata. Está matando.

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