Este 1 de Mayo coincide con la intensa precampaña política de unos procesos electorales en los que la incertidumbre destaca como característica principal. Llega tras una cruenta travesía por años complicadísimos, definidos por la destrucción de empleo que ha aparejado una profunda crisis económica. Esta última ha hecho tambalearse el estado de bienestar y generar serias dudas sobre el futuro del mismo.

Por ese factor preelectoral, consideramos, desde CSI·F, que este 1 de Mayo resulta necesario reivindicar y reclamar con más fuerza que nunca a los políticos que tras los comicios del 24 de mayo vayan a dirigir la gestión pública en ayuntamientos, diputados y Generalitat, que antepongan el interés general a cualquier otra circunstancia. Sus señas de identidad deben de quedar trazadas por la honestidad, eficacia, sentido de la responsabilidad, respeto hacia sus adversarios políticos y diálogo y participación de la ciudadanía.

Asimismo, hemos de ser exigentes en el seguimiento de las iniciativas que lleven a cabo para paliar la gravísima lacra del desempleo, que en la actualidad, y según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), afecta al 24,28 por ciento de los habitantes de la Comunidad Valenciana.

Los sacrificios realizados y soportados por los empleados públicos, los trabajadores del sector público empresarial y, en general, por todos los trabajadores de la Comunidad Valenciana, deberían de encontrar su justa recompensa en la consecución de empleo de calidad para cada uno de los ciudadanos de nuestra autonomía que así lo desee.

El trabajo no debe constituir un privilegio. Al contrario, se trata de un derecho que tiene que permitir a las personas realizarse, diseñar su proyecto existencial y vivir dignamente y en libertad. Ambos, valores irrenunciables que van íntimamente ligados. Espero y deseo que este 1 de mayo, con el simbolismo que conlleva la fecha, sirva de poderoso acicate para profundizar en el bienestar de los valencianos.

Daniel Matoses es Presidente autonómico del CSI·F.