En el muy hipotético caso de que Bertín Osborne me invitara a su programa de entrevistas, En tu casa o en la mía, ya le mando la respuesta en el titular. ¡Vaya casoplón! La casa de Bertín en Madrid no es su única vivienda y seguro que alguna más veremos en las próximas semanas, pero da para unas cuantas grabaciones sin que se acaben los encuadres. Le cabe hasta un piano de cola en el jardín para recibir al cantante Pablo Alborán, primer invitado de la serie, quien debió sentirse halagado ante el despliegue de fotografías suyas por el chaletón. Un detalle que en el montaje final quedó decididamente kitsch.
El nuevo formato de TVE empieza con una imitación de los monólogos de Risto Mejide, aunque sus creadores quieren evitar comparaciones. Y hacen bien. Porque, visto lo visto, Bertín va a salir perdiendo. El cantante y presentador no se sale del guión de lo previsible en ninguna pregunta y resultará difícil que sus entrevistados dejen titulares. La cosa estará más cerca del amable El hormiguero que del Viajando con Chester. Del tantas veces memorable El convidat de TV3, ni hablamos.
Los mayores titulares de En tu casa o en la mía puede propiciarlos el mismo entrevistador cuando olvida que lo es y se suelta a contar batallitas. Su fama de mujeriego le precede y la lleva con mucha honra, por no decir demasiada. Incluso su mujer Fabiola la asume, hasta el punto que la conversación deriva en una especie de broma compartida sobre las infidelidades de Bertín mientras todos toman el té tan ricamente. Entre el machismo, el surrealismo y la vergüenza ajena. A él siempre le ha valido más caer en gracia, como ahora en TVE. Porque ni con Paco Arévalo consigo verlo gracioso.
