Comenzar esta colaboración haciendo referencia al reciente informe publicado por la OCDE bajo el título Perseguir la igualdad de género: una batalla cuesta arriba, seguramente puede hacernos pensar que cuando este organismo internacional denuncia que ningún país del mundo ha logrado alcanzar la igualdad de género, es una interpretación excesiva y que se corresponde con una generalidad de los resultados obtenidos en las zonas menos desarrollados. Tendemos a pensar que la igualdad y el respeto a los derechos de la mujer son cuestiones normalizadas, que vienen intrínsecamente garantizadas por la propia estructura democrática del Estado de Derecho.

Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, y aunque formalmente gozamos de un sistema garantista que ha avanzado de manera considerable en las últimas décadas, no cabe duda de que existen determinados escenarios donde todavía la posición de las mujeres es muy preocupante. De ese modo, y como no podía ser de otra manera, dicho informe destaca que la violencia de género ocupa el primero de los retos más urgentes, mientras que después se sitúa la desigual participación en el mercado laboral y el reparto de las tareas domésticas.

Sin darnos cuenta, la sociedad de nuestros días se ha acostumbrado a convivir con este tipo de sucesos, donde se perpetúa una discriminación social de mayor o menor intensidad.

No es sino a partir de denuncias como la que se ha producido recientemente en Hollywood contra Harvey Weinstein, por los abusos sexuales destapados por conocidas actrices, cuando nos damos cuenta de que todavía queda mucho camino por recorrer y no existe ningún ámbito donde la mujer esté exenta de sufrir este tipo de situaciones. Como muchas veces se ha dicho, estamos ante un difícil camino que debemos hacer necesariamente entre todas y todos, y campañas como Me too o la respuesta de los hombres con How I will change, promovidas después del escándalo que ha sacudido la meca del cine, son imprescindibles para fortalecer nuestra conciencia colectiva y convertirnos en agentes activos del cambio.

En nuestro país, y a pesar de que informativamente estamos colapsados por el conflicto catalán, todavía hay otras noticias que merecen titulares en los medios, como fue el Pacto de Estado para mejorar la lucha contra la violencia de género, y esta misma semana, el acuerdo alcanzado por unanimidad del Congreso de los diputados, a propuesta de En Marea, sobre la necesidad de adoptar medidas concretas que corrijan la brecha salarial.

Así, debemos seguir trabajando en todas esas políticas que buscan poner freno a la discriminación que sufre a diario la mujer, por el mero hecho de serlo.