La fórmula del tardeo llena el «Real de la Feria» de València

En las entidades andaluzas se lamenta el recorte de los horarios nocturnos, requisito para recuperar el festejo en el Jardín del Turia

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La Feria de Abril de Sevilla se caracterizó, hace apenas unos días, por el poder de convocatoria y la desmesura. Algo que no sorprendía en València, porque no en 2024, si no ya en 2023, la gente había demostrado su capacidad para el desborde en Fallas. «Celebrarse encima» que se decía en aquel momento sobre ese particular renacimiento. Trasladado a la escala de lo más pequeño, los mismos ingredientes -música, comida, trajes coloristas, casetas-carpas...- tienen la misma fórmula de éxito en su versión local, aunque de forma más moderada por obvios motivos. «No te puedes imaginar cómo estuvo el sábado. No se podía ni pasar». 

Y eso, a pesar de que la Feria de Andalucía de València se ha tenido que reinventar a un formato más dócil. Los convocantes lo lamentan, cosa que es normal: «antes podíamos estar hasta la una y media los fines de semana. Y años atrás... no había ni horario de cierre. Pero ahora, a las once de la noche, se acabó lo que se daba». Tiene su razón de ser: la presión vecinal de aquello que, residiendo a ambos lados del cauce -especialmente en la Alameda- se cansan de tener un sarao cada poco tiempo cerca de casa. A la Andalucía valenciana se le planteó la disyuntiva: moderar los decibelios o marchar a una zona menos invasiva. Y el Jardín del Turia es demasiado tentador como para marcharse a un lugar tan lejano como la explanada de Eugenia Viñes, que es igual de amplia, pero sin las mismas conexiones y con mucho menos equipamiento. 

Desde primera hora de la tarde

La solución es que el ambiente se adelanta en el tiempo. Una sinfonía que ya se escucha en Fallas: «ahora, hay mucha Feria de tardeo. Antes se llegaba, por ejemplo, a las nueve de la noche. Ahora, a las seis ya hay animación». Que la Feria es un éxito de convocatoria no lo duda nadie. Y da igual que haya grupos de baile o simplemente, ambientación musical -esa es otra: ahora todas las casetas-carpas tienen un hilo musical común-. El público acude generosamente. Y aguanta con tal de conseguir una cotizadísima mesa. «Aquí se viene a lo que se viene, y eso incluye no tener prisas. Si tienes que esperar, hacer cola, la haces». 

"Si se hace más grande... vendría más gente"

Miembros de las hermandades participantes se aplican el cuento. «Nosotros organizamos y sostenemos esto y no vamos sobrados de espacio». Y no tiene mucha solución: «Si hicieras el recinto más grande, y hubiera más mesas... vendría más gente». Tampoco hay caballos. No hay debate animalista porque no vale la pena. Sólo con la documentación que hace falta no compensa sacar la jaca a pasear. Y el recinto tampoco es el mejor sitio, rodeado de multitud y de estímulos auditivos que pueden alterar a la cabalgadura. 

Semana con más días grandes

La Feria completó su primer fin de semana con una animación espectacular. Y quedan siete días para seguir disfrutándola. Dicen los que saben que «ahora hay buenos momentos para venir con tranquilidad. Pero tampoco habrá muchos. Y la razón es sencilla: el lunes se estará más cómodo, pero el martes, víspera de festivo, y el miércoles, volverá a haber una generosa presencia. Se respirará el jueves y desde el viernes se echará el resto. Antes de bajar nuevamente los toldos.