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Quo Vadis Botànic

Estamos en plena Semana Santa, y hoy es Jueves Santo. La tradición cristiana nos sitúa en una frase que se atribuye a san Pedro «Quo Vadis Domine». También es una novela histórica del siglo XIX que narra los hechos ocurridos a varios personajes en la época del emperador romano Nerón. Pero no es tanto la complejidad de la historia que se relata, ni de los personajes que se citan sino el que en alguna ocasión nos hayamos hecho esta pregunta: Quo Vadis. Y ahora en plena Semana Santa hacemos esta pregunta a Ximo Puig y a los miembros del Govern del Botànic.

Los valencianos vivimos desde hace meses, con dolor y pasión, todos los desatinos y engaños del pacto del Botànic. Conocemos de sus engaños, de sus procesiones ante la justicia, de los abandonos en los centros de menores o la dependencia, del continuo adoctrinamiento en las aulas, vivimos una continua semana de dolor. Y, sinceramente, los ciudadanos empiezan a cansarse.

Hemos asistido al troceado de contratos de miembros de Compromís, a las contrataciones poco claras del concejal Pere Fuset en Valencia, alguna costó la vida a un operario en Viveros. Las actuaciones del diputado Rius, también por fraccionar contratos o contratar a familiares, y sin olvidar al alcalde socialista de Alicante, Gabriel Echávarri que en este vivir la Semana Santa, ha ido de Herodes a Pilatos, de hablar con Ximo Puig a negarle el saludo, hasta admitir que debe dejar el cargo y dimitir.

Todos ellos, los que se llamaron del Pacto del Botànic, que prometían ser los guardianes de la ética y la moral. Todos ellos que nos prometían «asaltar los cielos», y lo que han hecho es asaltar las instituciones. Querían cambiar el mundo y han cambiado sus mundos. Los que prometían «Aire Fresc» y han demostrado ser unos frescos.

Y pasan los días, las semanas, los meses y los años y tenemos un Consell paralizado, sin gestión, sin ideas y sin ganas. Un Consell preocupado por sus sillas y sillones, por sus cuotas de poder, puenteados como la consellera Carmen Montón, judicializados como el conseller Vicent Marzá, otros ausentes o inexistentes, y con discusiones públicas entre la vicepresidenta Mónica Oltra y el conseller Vicent Soler.

Tal vez los miembros del Pacte del Botànic terminen como los personajes de la famosa película del Titanic, hundiendo el barco de su propio pacto, tocando los músicos sus canciones de ciudadanos catalanes de segunda, luchando entre ellos por tener un bote salvavidas o abrazados en la popa del barco mientras se hunden. Y preguntándose quién puso ese trozo de hielo en sus vidas sin tener la plena conciencia que ellos mismos son los responsables de sus tropiezos.

Y ahora que los ciudadanos les vemos hundirse en sus propias mentiras les preguntamos «Quo Vadis» Botànic. Creo que ni ellos mismos lo saben, ni siquiera se lo preguntan, porque sus propios líos y desatinos no les dejan ver el camino. Mientras tanto viviremos la Semana Santa.

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