Mis alumnos de geografía les insisto en una cuestión clave a la hora de explicar los procesos de ordenación del territorio. Por muy bueno que sea un documento o una normativa, si no hay voluntad política de poner en marcha un plan territorial que quiera mejorar el orden de cosas existentes, de nada va a servir. Es decir, la falta liderazgo suele presagiar fracasos territoriales. En ocasiones, pasa también lo contrario; un protagonismo excesivo de la política, hasta la imposición de criterios que otorga una mal interpretada mayoría absoluta, conduce asimismo al desastre territorial, si se actúa -como suele ser habitual- desde el desconocimiento de los procesos territoriales. Tan mala es, pues, una situación como la otra.

Todo esto viene al hilo de la presentación estos días de la propuesta de presupuestos generales del Estado que ha enviado el gobierno al Parlamento y el trato que se le da en ellos al tema del cambio climático.

Pues bien, cuando pensábamos que ya no iba a haber marcha atrás en la posición del gobierno en la lucha contra el cambio climático, el documento nos echa un jarro de agua fría reduciendo un 20 % la partida de prevención del cambio climático. Nada menos que un 20 % en una cuestión que debería estar marcando, como principio rector, las agendas de todo un gobierno en sus distintos ministerios. Desde Europa nos están mandando mensajes claros al respecto: España está atrasada en políticas de prevención y adaptación al cambio climático. Y aquí se reduce la partida destinada a ello. En compensación se señala que esta cuestión se aborda en otras partidas del presupuesto como la destinada al agua. O sea, cabe imaginar, se destina más dinero a evaluar como el cambio climático va a afectar a los recursos de agua. Y dando ejemplo de que se controla este tema se acaba de autorizar un nuevo trasvase del Tajo, porque hay apenas 70 hectómetros cúbicos de superávit respecto a los 400 hectómetros de límite fijados en el memorandum del 2013. Sin voluntad política no hay solución a los problemas del clima y del agua en nuestro país. ¿Queremos más ejemplos?