Nadie puede cuestionar la licitud del cambio exprés que se ha producido en el Gobierno de España, perfectamente ajustada a derecho y al parlamentarismo democrático que dimana de nuestra Constitución. A pesar de ello, ha resultado toda una sorpresa para los ciudadanos, quizás por ser la primera vez que sucede en nuestro país.

El responsable último de todo ello ha sido Mariano Rajoy, un político que siempre ha mostrado lento en sus reacciones y con una visión muy acotada de la realidad. Las improvisaciones le salieron mal con la aplicación del artículo 155 y las elecciones que precipitadamente convocó en Cataluña, donde el independentismo volvió a imponerse con claridad y el PP prácticamente desapareció en esa autonomía. Y ahora le ha sucedido lo mismo con una moción de censura que él quiso tramitar por el procedimiento de urgencia, en un ejercicio de soberbia y ceguera política.

Pedro Sánchez ha llegado a la Moncloa sin haber sido revalidado por un proceso electoral y con una minoría parlamentaria dependiente absolutamente de los otros grupos. Se ha roto incluso esa cortesía parlamentaria de los 100 primeros días de Gobierno y la oposición, que en este momento es todo el hemiciclo, está dispuesta a examinar y cuestionar sus decisiones desde el primer minuto, lo que puede precipitar un adelanto electoral para mayo de 2019.

El nuevo Ejecutivo socialista hereda presupuestos, acuerdos y un mandato que debe seguir gestionando, con mucho de su pasado. En todo ese nuevo escenario que se nos anticipa, corresponde a los políticos valencianos, y muy especialmente al gobierno del Botànic, seguir trabajando en la misma línea reivindicativa en cuanto a la infrafinanciación y la deuda histórica que reclamamos. Esto ha de hacerse no sólo por coherencia política, sino por una cuestión de credibilidad y justa reivindicación por lo que han sido décadas de marginación de nuestra tierra por los gobiernos centrales del PP y PSOE.

Para los miles de valencianos y valencianas que vamos a seguir pidiendo una financiación justa y el pago de la deuda histórica para nuestra tierra, se llame Rajoy o Sánchez el que presida el Gobierno, nos ha parecido totalmente incomprensible la retirada de las enmiendas que los socialistas valencianos plantearon a los presupuestos generales del Estado, como informaba Levante-EMV. Da la sensación de que con el cambio de inquilino en la Moncloa, algunos parece que se van a olvidar de determinados discursos que han estado avivando durante estos tres años de mandato. Si es ese el camino que ha decido emprender el gobierno valenciano, que sepa que se está equivocando.