En nuestro clima mediterráneo el verano se suele asociar a la época de mayor estabilidad y bonanza meteorológica, no obstante es una excepción, no solo en nuestro planeta, sino incluso en Marte; tal y como demuestran las increíbles imágenes que nos llegan de una tormenta de polvo cubriendo buena parte del globo marciano. La pregunta que podemos lanzar ahora es: ¿a qué se debe esta gran inestabilidad veraniega?

Los científicos que se dedican a estudiar la meteorología marciana han indicado que desde 2007 no se ha dado una tormenta tan intensa en este planeta. Aunque queda mucho por investigar, los estudios que se han publicado sobre las causas de este curioso fenómeno coinciden en mostrar el verano marciano como la época principal del año donde se produce. La razón hacia la que se apunta como causa no es otra que la que también mueve la atmósfera terrestre, el calor del sol. Y es que cuando en el verano del hemisferio sur marciano, que coincide con el momento de mayor cercanía del planeta rojo al sol, se produce un calentamiento de la superficie del planeta se desencadena una serie de procesos turbulentos en cadena que pueden llegar a desarrollar estas gigantescas tormentas que equivaldrían a un tamaño casi tan grande como el del Océano Pacífico.

En nuestro planeta ocurre algo similar en gran parte de los diferentes tipos de climas que se dan, con mayor actividad atmosférica y lluvias y tormentas en época estival. Así que el clima Mediterráneo no es más que una de las grandes excepciones. El motivo por el que es el verano la época de mayor pluviometría no es otro que, al existir mayor energía disponible para la convección la atmósfera se muestra mucho más activa. Con todo esto aún queda más claro que el entorno mediterráneo no es más que una excepción, fundamentalmente porque el anticiclón subtropical tiende a subir hacia latitudes medias en estas fechas

Así pues, los amantes del sol y del «buen tiempo» están de enhorabuena viviendo en verano en este entorno, puesto que son de los pocos privilegiados que pueden juntar el binomio calor y sol sin apenas nubes en el horizonte.