No tengo dudas de que para un político todos los barrios son importantes, pero un repaso a lo acontecido en los últimos cuatro años a ciertos enclaves puede que resulte interesante. Me refiero a aquellos que han sido foco de atención por sus planes especiales, por la promesa de futuros desarrollos urbanos, por su tejido participativo o por su propia idiosincrasia.Benimaclet, por ejemplo, votó al PP en las municipales de 2015, con una diferencia de sólo 50 votos con respecto a Compromís. Mucho más atrás quedó el PSOE. Esa situación se repetía en las autonómicas. Al año siguiente, el PP seguía siendo la primera fuerza en las elecciones generales.

Sin embargo en estas últimas elecciones locales Compromís ha obtenido claramente la victoria, con un millar de votos de distancia respecto de la segunda fuerza, el PP, y a 1.500 votos de distancia de los socialistas. Es un barrio claramente pintado del color de Compromís. Veamos el caso de Orriols. Su electorado se inclinó en las elecciones locales del 2015 por el PSOE, seguido del PP, y con Compromís ocupando la tercera plaza. El 26-M ha vuelto a colocar ahora al PSOE como ganador, con una escasa diferencia de apenas 150 votos con Compromís y por encima también de un PP que pierde 350 sufragios y que queda relegado a tercera fuerza.

El Marítimo, con sus cinco barrios, es un claro ejemplo del cambio. En los comicios de hace cuatro años, Compromís ganaba en cuatro de esas cinco barriadas, y el PP en el restante. Cuatro años más tarde, la victoria de Compromís es inapelable, que repite triunfo en cuatro barrios y los populares se desploman.

En la pasada legislatura, los partidos del centro y la derecha se han centrado en denunciar los conflictos en torno al mundo fallero, carriles bici, tráfico, tensiones entre seguridad y movilidad, el ataque a los centros educativos concertados, los guiños al mundo separatista, intentos por imponer políticas lingüísticas radicales, lentitud en hacer realidad las promesas en muchos barrios… O los electores no les han acabado de creer o han confiado más, pese a todo, en los actuales gestores.La realidad es que Compromís ha ganado en 57 de los 85 barrios.

Hay una reorientación del voto de izquierdas, mientras que el PP, hegemónico durante décadas, sufre las consecuencias del telediario: aún hoy siguen saliéndole muertos del armario. Añádase a todo ello la movilización contra la amenaza de Vox y tendremos el cuadro de la València de 2019, pintada con una nueva paleta de colores.