Después de dos meses repartiéndose los cargos y sueldos pensaron que había que trabajar. Y para ello nada mejor que irse de paella a Montanejos vestidos con indumentaria campera, y así ha salido. Es que no se puede aguantar, porque se pasaron la jornada hablando y hablando y en sus conclusiones no hay ni un proyecto ni una propuesta de futuro que justifique los 90.000 millones de euros que se van a gastar en otros cuatro años. Han demostrado que comienzan ya agotados.

Que hay 65.000 enfermos en lista de espera. Pues que aguanten, que lo que hay que hacer es un plan de atención bucodental o un banco de córneas.

Que el campo valenciano pide agua y es el único que ha perdido cultivo de ragadío. Pues ni nombrarlo. Que los 23.000 dependientes no cobran, pues da igual, que lo importante es impulsar el asistente personal, la colaboración entre departamentos y más plazas para trabajos sociales, sin decir cuántas. Que la despoblación se nos come, pues da igual, que lo que importa es señalar itinerarios ciclistas en la ruta del Ervelo. Que las universidades piden más ayudas y formación, pues la solución es hacer el Mapa de la Ciencia. Y un pacto social por la innovación. Como ven ideas que suelen nacer a la sombra de un algarrobo después de un buen yantar y a las seis a casa.

Aquí da la impresión de que para este Consell todo lo que hacía falta para desarrollar a nuestra Comunitat lo hizo el PP y se han quedado sin trabajo y yo comprendo que no se puede competir con Terra Mítica, La Nueva Fe, el Circuito Ricardo Tormo, el Oceanográfico, los siete hospitales que se construyeron y los kilómetros de autopista. Y todo con bastante menos dinero de presupuesto que actualmente. Pero había ilusión y ganas de aportar nuevas ideas. Estos son de mata morta. No tienen nada en la cabeza y lo que es peor, tienen malos colaboradores elegidos solo por cuotas para calmar a los partidos. En tiempos del PP en la oposición conseguimos un grupo -sin cobrar nada- de unas 70 personas altamente formadas que redactaron los 27 programas de la victoria del PP, entre ellos la carretera A-3 por fuera de Contreras y el TAV Madrid-València. Ahora nada.

Ahora que parte de culpa la tiene la oposición, que al fin y al cabo deberían ser los que escribieran estas cosas en lugar de hacerlo yo. No olvidemos que en una buena democracia la oposición es de gran importancia, controlando la acción de gobierno. Es más; una democracia es mayor cuanto más fuerte es la oposición, porque en las dictaduras no hay oposición que se permita. Pero los nuestros parece que estén siempre de acuerdo con el poder y que lo que les importe solo sea la llegada del día 30 de cada mes. Y así no iremos más que al caos y al inmovilismo, porque estos ya se ha visto que su programa de gobierno es seguir sin hacer nada, lo mismo que la legislatura pasada. Resultado: que entre unos y otros, la casa sin barrer.