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El tour de Sánchez

El Presidente en funciones Pedro Sánchez -lleva más de 90 días- está dando la vuelta a España en un tour especial, para recabar el voto de los partidos periféricos, pero claves, cara a una posible sesión de investidura, lo que no deja de deparar críticas de uno y otro lado, pero concita un revuelo mediático y se ve que además, con los ministros de cada ramo, celebra reuniones con las asociaciones civiles, de forma y manera que estos le presentan sus «cahiers de doleance» como sucedió antes de la Revolución Francesa, y por si hay que hacer una asamblea de los Estados Generales. La historia siempre se puede repetir, aunque Carlos Marx opinara que sólo como caricatura.

La venida en carne mortal a Valencia ha tenido mucho eco y no ha provocado la oleada de escándalos de la anterior vez que visitó Castellón. Lo que Compromís le presentó era ya conocido, como reclamo mínimo, porque el diputado Baldoví ya lo apuntó antes de la sesión de investidura fallida. Ahora le entregaron un escrito, todo muy clásico y tomó buena nota así como el ministro de Fomento, en funciones, Ábalos. Aquel ya dijo en su momento que «un voto vale su peso en oro».

Las citas con los movimientos feministas y ecologistas, para incluir algunas de sus reclamaciones -sumándolas a los bloques que en su discurso dibujara, como la transición ecológica, porque es una prioridad- da que pensar como base de un programa de futuro inmediato, si todo esto falla y acabamos yendo a votar en noviembre, aunque todo el mundo dice que mejor no ir de nuevo a elecciones anticipadas, hasta el Rey, Felipe VI, de algún modo recomendó, que siendo legal y estando en la Constitución su posibilidad, bien reglamentado, mejor llegar a acuerdos entre los partidos políticos, y que se pueda formar Gobierno.

Se habla en los mentideros de la Villa y Corte, sobre el cansancio del personal, del fracaso que significaría para los políticos, volver a poner las urnas en corto plazo, y no sé cómo miden eso, pero si el segundo problema que en una reciente encuesta destacaba, eran los propios políticos (¿cuáles?) sin duda esto pesaría más en esta balanza de sensación de inutilidad y de esfuerzo baldío. «El Pueblo ya habló, ahora les corresponde a ellos moverse». Y bueno Sánchez lo entiende a su modo, porque va recorriendo la piel de toro. Lo que le llevará al País Vasco y a entablas conversación con el PNV, que demuestra mucha capacidad de negociación y no sé si también en Cataluña, y por lo tanto a recibir a algún representante de ERC, que han dado muestras de no querer bloquear la elección (Joan Tardà así lo expuso el pasado martes). Y su representante en Madrid, el diputado Rufián, lo ha remachado en varias ocasiones de forma gráfica y palmaria, mostrando mucha cautela y un nuevo talante más equilibrado.

Por todo ello parece mentira que estemos atravesando agosto, y que no estemos pendientes de las serpientes de verano(o de los mosquitos tigre). Ni siquiera de los posados de los famosos y famosas, para las revistas del ramo, que alegran la vida cotidiana de las familias que hacen equilibrios, desbordadas por los imprevistos.

A la gente de a pie le interesa saber si las pensiones van a subir en enero de 2020, si crecerá el sueldo un poco, si en 2 o 3 años vuelve a aumentarse el sueldo mínimo interprofesional, si hay reforma del fondo de pensiones, si podemos mantener el ritmo de crecimiento o si China y USA nos torpedean. Es una tesitura agridulce.

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